Apuesta máxima

Crítica de Jessica Johanna - El Espectador Avezado

Justin Timberlake, Ben Affleck y Gemma Arterton son los principales ganchos de “Apuesta máxima”, típica película de tramposos (estafadores, en este caso dentro del mundo de las apuestas online) que pretende ser un poco una versión de “Wall Street” pero no tan lograda y lejos del drama que aquella proponía. El director es Brad Furman, el mismo de “The Lincoln Lawyer”, realizador que todavía no tiene un perfil definido y al que se ve que aportar a esta película le costó bastante.
“Runner runner” se presenta desde el vamos atractiva, gracias a su elenco. Allí, desde el póster, los tres protagonistas llaman la atención. Así también, el personaje de Ivan Block (Affleck) seduce al de Richie (Timberlake), un joven que para pagar sus estudios universitarios apuesta en páginas de internet.
Cuando Richie llega a Ivan lo hace sin saber qué va a sacar de denunciar una estafa con el mismísimo creador de la página. Y allí está quizás el primer punto difuso del guión. Nos dicen que casi nadie ve a Ivan Block, que es casi imposible de llegar a él, pero Richie viaja a Costa Rica, (lugar paradisíaco que será el escenario central de la trama), y pide acceder a la fiesta. “Ves, sólo tenías que decirlo”, le dicen (!).
De repente, todo parece fácil. Ivan compra a Richie tras presentarle una vida llena de placeres, mujeres, dinero, en este lugar de ensueño. Y éste último, como seguramente cualquiera lo haría, acepta. Pero nada puede ser tan bueno en esta vida, y así, este joven se ve a sí mismo envuelto en un negocio cada vez más oscuro.
En "Apuesta máxima", Ben Affleck (que cuando juega de actor que suele ser vapuleado por la crítica) no está mal, incluso se puede decir que lo vemos más que correcto, y es el encargado de dar vida al personaje más difícil, el del villano. El rol que en general suele definir la suerte de una cinta de suspenso e intriga. El problema es que tiene poca fuerza y presencia en pantalla y no entrega más que un buen boceto de malo. Y la trama, demandaba más.
Lo acompaña un Justin Timberlake que, mientras su carrera comenzó en la música, encontró un lugar privilegiado en el cine, sobre todo después de "La Red Social".
Y el toque femenino lo pone la bella Gemma Arterton. Ella da vida a una mujer casi prescindible en el guión, (tanto que seguramente la película termina y ni nos acordaremos de su nombre), pero que está ubicada allí para atraer miradas y lo hace bien, es innegable.
Nos hubiese gustado que algunos personajes se desarrollen un poco más, ganando en complejidad y nutriendo la historia. Supongo que de alguna manera, “Apuesta máxima” falla principalmente en la construcción de tensión, derivada de la excesiva simpleza en los perfiles de los protagonistas. Y los encargados del guión son la dupla detrás de películas como “Runaway Jury”, “Ocean’s Thirteen” y “The Girlfriend Experience”, entre otras, así que quizás estos muchachos necesiten reformular algunas cosas…
Más allá de lo simple o predecible que puede ser una historia que pretende ser muchas cosas, mejor dicho, ser una y convertirse en otra a cada rato, esas vueltas de tuerca hacen de "Apuesta máxima" un entretenimiento al que quizás haya que prestarle atención, para aquellos que les interese el género y no tengan mayores expectativas. Más discreta que sólida, es otro intento por explorar un género del que no hay muchos buenos exponentes en este tiempo