Apuesta máxima

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

Aventura lúdica en Costa Rica

A Richie Furst (Justin Timberlake), en su ingreso a la universidad, lo sorprenden incitando a sus compañeros al juego de los casinos virtuales. ¿Pero qué puede hacer si él quiere estudiar finanzas en una universidad prestigiosa de no menos de sesenta mil dólares de colegiatura? Como buen hijo de jugador, se tira a todo o nada, con sus últimos dólares y el juego de "póker on line" se traga el futuro de sus estudios. Como Richie sospecha que el casino virtual lo trampeó y no es hombre de espera, se toma un avión y va a Costa Rica, donde Ivan Block (Ben Affleck) maneja el juego en línea.

Enfrentado a este "rey del juego virtual", rodeado de guardaespaldas y mujeres bonitas, recibe la propuesta de ser su aprendiz. Richie deberá elegir. Habrá acceso a mundos lujosos y descenso al infierno que sostiene el imperio Block. El futuro es variado para este ex estudiante de Columbia.

LOS JUGADORES
En un filme como "21 Black Jack", otro aventajado alumno universitario se entregaba con sus compañeros a la lectura fraudulenta de cartas, haciendo saltar la banca de distintas mesas de juego, para pagarse sus estudios.

"Apuesta máxima" propone que su protagonista elija el camino fácil del fraude y abandone sus sueños de educación.

A una primera parte atractiva y bastante entretenida, con lugares paradisíacos y casinos de ensueño; se pasa a otra oscura y más convencional con personajes estereotipados que no aportan demasiado a la historia.

El filme tiene un buen diseño de producción, una subtrama no aprovechada que es la relación entre Richie Furst y su padre, un jugador compulsivo (John Heard) y muy buenos actores como Ben Affleck y Justin Timberlake. Hay bellas locaciones de Costa Rica, pero mucha hojarasca y estereotipo, a pesar de que su ritmo cinematográfico se mantiene. En síntesis, "Apuesta máxima" es un entretenimiento que prometía más, pero se quedó en la intención.