Apuesta maestra

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Con la cartas bien marcadas
Jessica Chastain es prácticamente la película, que cuenta con guión de su director, Aaron Sorkin, candidato al premio de la Academia.

El guión de Apuesta maestra es candidato al Oscar a mejor libreto adaptado. Es obra de Aaron Sorkin, el de Red social, Cuestión de honor y Moneyball, quien debuta como realizador precisamente con esta película.

A diferencia de lo que ocurre en nuestro país, donde en el 90 % de los casos de cine de autor el realizador es autor del guión del filme que dirige, en el cine de Hollywood la proporción es casi a la inversa. Esto, a cuento de que Apuesta maestra tiene una verborragia, monólogos extensos y a velocidad crucero, marcas distintivas de Sorkin como guionista, y era de esperar que como director no iba a coartarse, a contenerse a sí mismo.

La historia está basada en el libro de memorias de Molly Bloom, que erigió un imperio en Los Angeles, primero, y luego en Nueva York, de una mesa de póker donde la apuesta arrancaba en cinco dígitos y algunos perdieron millones de dólares. Y las sillas las ocupaban estrellas de Hollywood, deportistas, hombres de poder.

El filme arranca con la redada en su hogar, años después de haber dejado el juego, y lo que sigue es un racconto de su ascenso, cómo decidió no dar a conocer los nombres implicados (el disco rígido de su computadora podría destrozar matrimonios y familias enteras, además de carreras exitosas) y lo que sucede después de ser denunciada.

Pero también va antes en el tiempo, cuando Molly era una niña y luego joven esquiadora a punto de ingresar al equipo olímpico de los Estados Unidos, su accidente y la particular relación con su padre psicólogo (un ciertamente recuperado Kevin Costner).

Y tal vez otro sería el resultado si Molly no estuviera interpretada por Jessica Chastain. La actriz de La noche más oscura y El árbol de la vida es el filme en sí mismo. Se carga toda la película sobre sus hombros y demuestra que no importa que los personajes masculinos que la rodeen sean fuertes: ella solita se encarga de constituirse en una dama difícil de roer, de dejase pasar por arriba.

Es cierto, Molly es un gran personaje, y en manos de la dupla Sorkin Chastain cobre hasta vida propia en los 140 minutos de acción y palabras.