Aprox

Crítica de Sofía Lara Gómez Pisa - A Sala Llena

El teórico Merleau Ponty se preguntó una vez si se podría concebir un amor que no sea usurpación de la voluntad del otro, explicando que detrás de todo vínculo se encuentra la necesidad de influir sobre su libertad, influenciar al prójimo, entrar en una relación indivisa con él. Para resolver esta consigna y de paso adentrarnos en una serie de microhistorias satíricas muy bien logradas, Víctor Kesselman nos acerca, con pizcas de humor ácido y análisis psicológico, este mockumentary o falso documental que analiza las vidas de un grupo de trabajadores de oficina.

Víctor se apropia en esta película de los códigos y las convenciones propias del documental pero con pequeñas intervenciones ficcionales que devuelven por momentos al público al mundo de la ficción y el humor absurdo. La sátira implícita presenta una visión política del cuerpo y sus leyes que apunta -basándose en un manual de técnicas de ventas de los `80- a la historia secreta de sus protagonistas, con sus fantasías y su cosmovisión, develándose así una trama de poderes y sometimientos.

La forma en que están filmadas las microhistorias le devuelvan la autenticidad del documental al film, mientras que las intervenciones ficcionales y satíricas de su presentador son la pauta para integrar a Aprox dentro del género del mockumentary. La película indaga en este mundo artificial rodeado de mentiras que flotan en la superficie, y también se transforma en una crítica indirecta a los documentales, series y programas televisivos que señalan la configuración del cuerpo al momento de la mentira, derribando los muros del falso cientificismo.

Así descubrimos un mundo donde hay que cuidarse de quien te miente en cada esquina, una parodia de las clases sociales, el machismo, el sexo. El mundo competitivo y capitalista al que se entregan los trabajadores, las relaciones amorosas furtivas, las ilusiones más secretas que debemos guardar a la hora de volver a la gris oficina. Todo esto con vistas a la creación de un llamamiento lúdico que esquiva la acción tradicional del documental -movimiento típico del falso documental- en pos de promover en el público grandes connotaciones sociales y políticas a través de risas.