Antes del estreno

Crítica de Beatriz Molinari - La Voz del Interior

Cine y teatro se potencian

La primera escena de Antes del estreno condensa el juego, la situación y la estética de la película de Santiago Giralt.
Van en el auto, Juana (Érica Rivas) al volante y su hija Lili (Miranda De la Serna). La cámara ubicada en el asiento de atrás registra la conversación, la nuca de Juana, su nerviosismo y el poema de Federico García Lorca que Lili tiene que aprender para el colegio. Es viernes, comienzo de un fin de semana difícil para la actriz popular, excéntrica e inestable que estrena obra el lunes. En la casa de las afueras, rodeada de árboles, las espera Román, el esposo de Juana, cineasta en stand by.

La ironía de Juana marca el tono de cada diálogo. La actriz se pasea por la casa ensayando parlamentos, bebiendo, fumando, mientras Román se ocupa de lo cotidiano con una dosis de masoquismo y un mar de fondo que se percibe.

Lili es niña, hija y espectadora. Miranda De la Serna (hija de Rivas en la vida real) logra una presencia deliciosa, actuando sin actuar. El trío familiar lleva adelante las tareas bajo el peso de la inseguridad y la angustia de Juana, pero, también, revela las dificultades de la convivencia entre artistas, con sus egos deambulando frente a los espejos.

Santiago Giralt se basó en John Cassavetes ( Opening Night ), pero más allá de la referencia explícita, logra una película propia, con la cámara en la casa que va sumando ambientes a medida que se puede, el jardín, los perros y las visitas.

Érica Rivas demuestra una vez más su capacidad como intérprete en el permanente desdoblamiento entre Juana y el personaje de la obra que también sufre una crisis matrimonial. En tanto, Lili interpela a sus padres como puede.
Giralt logra un trabajo sensible en el que cine y teatro dialogan delante de una cámara que agrega luz al mediodía, mientras cada uno le pone el cuerpo a su arte.