Año nuevo

Crítica de Juan Carlos Fontana - La Prensa

Gran festejo en la Gran Manzana

Aunque el guión resulta algo obvio, el resultado es una historia agradable de ver y con estrellas de primera línea.

Luego de la exitosa "El día de los enamorados", a la guionista Katherine Fugate también le fue encargado el guión de "Año Nuevo", la que podría decirse es una secuela de aquella.

Porque en "Año Nuevo" coinciden varias historias, quizás demasiadas, que adquieren el tono justo de acuerdo a la edad de cada uno de sus protagonistas.

De este modo puede verse a Robert De Niro, en el papel de un reportero gráfico internado en un hospital público, a quien según sus medicos le quedan pocos minutos de vida; a una Michelle Pfeiffer que decide cansada de los reclamos inútiles de sus jefe, lo planta dando portazo y a Hilary Swank, entre tantos otros, que tiene a su cargo los preparativos de los festejos de la famosa convocatoria de la Bola de Año Nuevo de Time Square, que siempre para esa fecha puede verse en Nueva York y convoca a multitudes a un recital a cargo de una celebridad de la música.

El director Garry Marshall se preocupó muy bien porque cada uno tuviera una buena escena para su lucimiento y en ese intento de equilibrio algunas tienen mejor ritmo que otras, pueden ser más divertidas o dramáticas, pero todas logran su cuota de humor, de contratiempos que finalmente se solucionan.

FELIZ COINCIDENCIA

Entre estos últimos también se ubica la popular Sarah Jessica Parker, que se disgusta con su hija adolescente; o Jon Bon Jovi, a quien le tocará cerrar la noche del año viejo, junto a su banda, mientras espera reconciliarse con su novia, una bella rubia que tiene una empresa de catering.

A estos hay que sumar a Ashton Kutcher, casi desconocido y con barba, que se queda encerrado en un ascensor con una chica (la simpática Lea Michele) que debe hacerle los coros a Bon Jovi y no sabe si podrá llegar a la hora indicada al recital.

En la película todos coinciden finalmente de uno u otro modo, en el famoso concierto de Time Square con el que recibirán el nuevo año y allí en medio de multitudes de personas en una Nueva York muy colorida, cada uno estará dispuesto a pasarlo lo mejor posible, asumiendo errores propios y ajenos, enamorándose por primera vez o quizás recibiendo el primer beso en unas horas que prometen ser inolvidables.

Aunque el guión resulta algo obvio, el resultado es una historia agradable de ver y con estrellas de primera línea.