Annabelle

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

El peligro de jugar con muñecas

El filme tiene todos los clichés del filme de terror con muñeca incluida. Nada nuevo. Todo previsible, pero hay cosas a favor. Su excelente director que tiene mano para hacer que uno tenga miedo y se asuste de vez en cuando.

Es algo así como la parienta cercana del feo de Chucky, el muñeco maldito. Todo empieza muy parecido al inolvidable filme de Polanski ‘El bebé de Rosemary’. Estamos en los años ’70 en California y una chica rubia llamada Mia (como Mia Farrow de aquella película) casada con un médico recién recibido o en tren de recibirse, de nombre John están contentos de esperar su primer hijo en una linda casa con jardín.

Hacen contacto con una pareja mayor sin hijos (perdieron uno o una hace un tiempo) que es asesinada esa misma noche por una supuesta hija adulta integrante de alguna secta. Bien. El caso es que un poco antes, el marido de Mia le regaló una muñeca de nombre Annabelle que ella siempre quiso tener. En realidad, el asunto es inexplicable, porque la cara de la muñeca es la de un monstruo bastante ridículo de ojos saltones y mejillas prominentes.

SANGRE Y TERROR

Lo que viene, se sabe, sangre, terror y la muñeca que hace de mediadora para que entren los demonios. Por supuesto habrá un bebé como en el filme de Polanski, en este caso una niña y una serie de situaciones bravas.

‘Annabelle’ tiene todos los clichés del filme de terror con muñeca incluida. Nada nuevo. Todo previsible, pero hay cosas a favor. Su excelente director que tiene mano para hacer que uno tenga miedo y se asuste de vez en cuando. Hay también un buen diseño de producción, lindos lugares, ropa elegante y una parejita joven que gusta, ella es Annabelle Wallis, una lánguida señorita, atractiva y un poco al borde del desmayo.

El es Ward Horton y tiene cara de buen chico un poco insípido y también esta Tony Amendola como el cura imperdible con poco futuro y una morena (Alfre Woodard), que atiende la librería de la que una sospecha todo, pero luego parece ser inocente.