Annabelle 2

Crítica de Mariano Torres - Fuera de campo

**ADVERTENCIA: LA SIGUIENTE RESEÑA PUEDE CONTENER SPOILERS, AUNQUE NADA QUE NO SE HAYA VISTO EN EL TRAILER***

Annabelle 2 es uno de esos casos atípicos en una saga de terror en los cuales la segunda parte es mejor que la primera. Aún si el director David F. Sandberg (el mismo del cortometraje Lights Out, que el año pasado se convirtió también en película) no está ni remotamente cerca del horror que es capaz de generar James Wan (creador de esta saga que se desprende de El Conjuro), lo cierto es que este segundo capítulo es una digna entrada en un universo compartido por las mencionadas películas, y las futuras La Monja y The Crooked Man.

Aunque en los países de habla hispana se conozca como una segunda parte, en verdad la historia de la muñeca maldita aquí en verdad parte de sus orígenes, por lo cual técnicamente se trata de una precuela. Todo comienza con un feliz hogar en una parte rural de Estados Unidos, compuesto por una niña, su madre y el paterfamilias que resulta ser un fabricante de juguetes. Como en una película de terror la felicidad no está permitida, no tardará demasiado en asomarse la tragedia: un accidente automovilístico arruina la paz de la pareja, y la niña pasa a mejor vida. Su nombre, por supuesto, era Annabelle. Unos cuantos años más tarde, la devastada familia toma una decisión importante para seguir adelante: ofrecer de manera voluntaria su hogar, una imponente casa que naturalmente les queda demasiado grande, como un orfanato para niñas exclusivamente. La oferta tentadora recae en la hermana Charlotte (Stephanie Sigman), quien no demora en trasladar a su grupo de jovencitas a la casa, ignorando que la misma alberga una gran tragedia.

El resto es predecible, pero no por ello inefectivo: será apenas cuestión de minutos para que comiencen los autos, anclados principalmente en la fantasmagórica muñeca, así como también demonios y otras apariciones. Al igual que en El Conjuro, el mal se manifiesta bajo la figura de una posesión, y por ello no hay aquí espíritus buscando resolver absolutamente nada: cuando una asustadiza niña le pregunta a la entidad qué es lo que quiere, ésta responde desde ultratumba: “tu alma”.

Annabelle 2 es una película sencilla pero entretenida, cuyo mayor aporte al género es una excelente fotografía, que por momentos parece salida del “Gótico Americano” de la obra pictórica de Grant Wood o el ruralismo de Edward Hopper. En todo lo demás, es una historia repleta de clichés pero que aún así funciona.