Anna: El peligro tiene nombre

Crítica de Luciana Boglioli - La Capital

Luc Besson regresa a la pantalla grande con su gran especialidad: una película de acción, suspenso y romance. Después de “Nikita”, “El perfecto asesino”, “El quinto elemento”, “El Transportador” y “Lucy”, entre otras, este director francés dejó en claro que la adrenalina es su leit motiv y en esta entrega no hace la excepción.

Conjugan muchos factores para que “Anne...” resulte fascinante.

Primero, la protagonista hipnótica y deslumbrante interpretada por la modelo rusa Sasha Luss.

Segundo, la historia atrapante de Anna Poliatova, una rusa que pasa de ser mujer maltratada y vendedora ambulante de mamushkas a ser una de las asesinas de la KGB más temidas por los gobiernos de todo el planeta.

Y tercero, la forma en la que está contada esta historia de suspenso y acción, como una especie de juego temporal entre el pasado y el presente que se despliega una y otra vez, mostrando a la modelo oscilar entre el mundo de la moda y el universo del espionaje. Muertes, mentiras, engaños, sesiones de fotos en París, cenas en Moscú y partidos de ajedrez en oficinas de oro. El empoderamiento de Anne es más fuerte que cualquier otra y no depender de un hombre es posible. Todo puede suceder cuando una mujer busca su identidad y su libertad.