Anna: El peligro tiene nombre

Crítica de Damián Serviddio - Conexión abierta

En el año 1985, nueve agentes de la CIA son asesinados en Moscú tras caer su fachada y ser reveladas sus verdaderas identidades. Cinco años después, y sin conexión aparente con esos sucesos, Anna es reclutada para trabajar en una exclusiva agencia de modelos parisina. Pasar de vender matrioshkas a ser una de las figuras más cotizadas de la pasarela representa un cambio asombroso en su vida. Lo mismo ocurre cuando en realidad sabemos que está trabajando encubierta para la KGB.