Animal

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

La dupla integrada por Armando Bo y Nicolás Giacobone -los mismos que ganaron el Oscar por el guión de Birdman- arremete con Animal, dirigida por el primero, en este relato que transforma la vida de un hombre común y corriente en un verdadero infierno.

Animal es un thriller que juega con varios géneros y en ese mix se favorece al unir de manera peligrosa dos mundos que parecen incompatibles. Antonio Decoud -Guillermo Francella- es el gerente de un frigorífico y lleva una vida tranquila junto a su esposa -Carla Peterson- y sus tres hijos en una lujosa casa de Mar del Plata. Sin embargo, todo se derrumba cuando su salud pende de un hilo y necesita de diálisis semanal y de un trasplante de riñón.

Ahí es cuando la artillería del realizador de El último Elvis se dispara en varias direcciones para atrapar al espectador y lo hace a través de una historia que plantea varios interrogantes y genera suspenso, ya que no se sabe cómo actuarán los personajes.

En ese complicado entramado donde se borronean la moral y los vínculos familiares asoma un filme intenso que mantiene el interés hasta el final con un tratamiento visual que juega con colores extremos y una banda musical que mezcla diferentes estilos.

Un gran acierto de la propuesta es también la dupla integrada por Elías -Federico Salles en un trabajo impactante, después de su aplaudido paso teatral por el musical- y Lucy -Mercedes de Santis-, la pareja que vive en la marginalidad y que irá invadiendo el terreno confortable del protagonista.

Antonio -Francella se coloca nuevamente con convicción en arenas movedizas luego de El Clan- deberá luchar contra las exigencias de Elías y Lucy, que parecen salidos de un cuento de terror y están dispuestos a todo con tal de lograr su objetivo. El filme también expone con inquietud hasta qué punto Antonio es diferente a ellos cuando decide tomar un camino "alternativo" para conseguir su donante de riñon y hasta enfrenta a su propia esposa -una Carla Peterson demacrada hasta la destrucción en un papel que la favorece-.

Quizás los quince minutos finales desentonan con el clima general, pero no empañan el instinto animal y la zona oscura que aflora entre ejercicios por la rambla, un centro de cirugía estética y la sangre que fluye.