Animal

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Ya lo había demostrado con “El último Elvis” sus cualidades de primera línea como director y como guionista. Junto a Nicolás Giacovone y Alejandro González Iñárritu gano un Oscar como el mejor por “Birdman”. Aquí, otra vez con su aliado de siempre en la escritura y con su capacidad madurada de cineasta nos da un film sólido, singular, muy bien filmado, con una iluminación que acompaña, con la música justa. Y se mete nada menos que con un tema muy poco frecuentado: transplantes y la escasez de donantes. Y comienza con un naturalismo equilibrado y luego vira al grotesco, la oscuridad, la transformación de cada uno en el “animal” del titulo, cuando las convenciones sociales se quiebran y aflora el sálvese quien pueda, el egoísmo extremo. Y en ese punto ningún personaje se salva. Un hombre de buen pasar, gerente de un frigorífico necesito un transplante, su hijo donara el riñón que necesita, pero a último momento huye despavorido. Tras dos años de espera por un órgano recurre a la ilegalidad y la posibilidad de comprar o canjear un órgano. Caerá en la extorsión, la perdida de todo lo que posee, la locura, el costado negro de un entorno salvaje. La mirada es irónica y feroz, la angustia se palpa, la inteligencia en observar que pasa en una sociedad que cree posible la fantasía demente, la caída de valores políticamente correctos que funcionan como una cáscara que muy pronto muestra su verdadera cara.
Bo demuestra su talento como director en la concepción del film que implica no pocos riesgos. Lo acompaña un elenco elegido con precisión. Guillermo Francella pasa por todos los registros de la angustia y la desesperación, por la ferocidad, la transformación del ciudadano ejemplar en un depredador. Uno de sus mejores trabajos. Carla Peterson en su veta dramática, la señora correcta que también muestra su lado oscuro. Federico Salles camina en el borde y nunca se equivoca con su personaje marginal. Todos los actores están en su punto. Un filme para ver y polemizar. Un espejo que nos muestra en toda la deformidad de la que es capaz el ser humano.