Ánima Buenos Aires

Crítica de Marcelo Cafferata - Revoleando Butacas

Animación con olor a tango

María Verónica Ramírez, productora y directora general del filme, presenta cuatro cortometrajes de animación con un eje central: la ciudad de Buenos Aires.
Así, cada uno de los artistas convocados para este filme tiene la posibilidad de dar una visión diferente de la ciudad, de su idiosincracia, de contarnos historias que respiren ese aroma porteño tan particular.
Cada uno de estos artistas, además, mostrará su excelencia con una técnica diferente cada uno de ellos, de forma tal que "Ánima Buenos Aires" no solamente responde a un puñado de historias ciudadanas sino además se constituye en una gran muestra del talento de animadores como Caloi, Pablo Rodrígez Jauregui, Pablo Faivre, Florencia Faivre y Carlos Nine, en diferentes áres y técnicas de animación.

Estas cuatro historias completamente independientes entre sí, están hilvanadas mediante separadores de una pareja de bailarines de tango mostrando su baile "canyengue" por diferentes lugares inconfundiblemente ligados a Buenos Aires. Los conventillos de caminito, la Costanera, las casas de los barrios y tantos otros monumentos, plazas y lugares conocidos sirven de marco a esta pareja realizada con la técnica de stencils (brillante!) bajo la dirección de Juan Pablo Zaramella y Mario Rulloni.

Como en todo filme de episodios, y "Ánima Buenos Aires" básicamente lo es, las historias son muy diferentes entre entre sí y es por eso que conviene presentarlas en forma separada.

El filme arranca con "Meado por los perros" (que es la primer historia y la que particularmente más me gustó), dirigida por Pablo Faivre y Florencia Faivre, con un cuento que respira un aire porteño, de barrio, con situaciones típicamente nuestras y con una problemática conocida: un negocio de barrio se ve absolutamente "invadido" por una cadena de hipermercados que se instala a pocas cuadras.
Con una mirada plagada de humor con mucha ironía, humor negro y sátira, los hermanos Faivre logran no solamente mostrar una técnica poco conocida en la animación sino que crean una historia potente que invita a la reflexión sin estar exenta de humor y de una mirada crítica a la situación económica que modificó no solamente los comercios en los barrios sino también los hábitos de consumo en cada uno de nosotros.
Redonda, fresca, sin fisuras, esta primer historia genera una adhesión instantánea con personajes reconocibles y sumamente nuestros.

El segundo segmento, dirigido por Pablo Rodríguez Jauregui es "Claustrópolis". En este caso, la ciudad oficia de marco para una historia contada a través de los ojos de un niño, que encerrado en un departamento de un edificio porteño, desea la libertad que tiene una niña de la calle que llena de color la ciudad con sus grafittis.
Si bien como en todo el filme, la técnica es excelente y "Claustrópolis" se impone por sus colores brillantes y una historia de amor y amistad con un toque naïf, se contrapone fuertemente con un primer episodio muy sólido desde el guión y lamentablemente la historia de Rodriguez Jauregui se queda a mitad de camino en un relato que no logra levantar vuelo, al nivel del anterior.

Carlos Nine es el director del tercer segmento, "Bu-bu" en donde la brillante narración en la voz en off de Horacio Fontova nos va sumergiendo en una ciudad regada de delito y lindando con un homenaje a las novelas policiales de Chandler y Chase, nuevamente cambiamos el giro del relato, mucho más a tono con la propuesta general del film (de la cual el segmento anterior lamentablemente se aparta).
En este caso, otra nueva técnica de animación se presenta en una forma sumamente original con una narración muy dinámica y enfocada a la mirada de un espectador adulto: llena de guiños a la novela negra y con ese plus que le da la narración de Fontova que nos sumerge mediante un intenso flashback desde la mirada de un criminal que ha sido finalmente acorralado, "Bu-bu" presenta otro segmento interesante y contundente.

Para cerrar, Caloi y María Verónica Ramirez presentan "Mi Buenos Aires herido". La cita es en un típico bar porteño, antiguo, atendido por su propio dueño -el entrañable gallego- y respira desde sus primeras imágenes un aroma a tango y revisita, al igual que las historias de Caloi, un grupo inconfundible de "mitos" argentinos.

La orquesta de tango, los corazones solitarios que se emborrachan en el bar, la mujer que es deseada por todos, el malevo, los muchachos de la barra del bar y todas estas criaturas a las que Caloi nos tienen acostumbrados, se unen en la narración de este segmento contado a ritmo de puro tango (la música de Rodolfo Mederos, Gustavo Mozzi y Fernando Kabusacki es fundamental en cada uno de los episodios), con mucho lirismo y un agradecido sabor a Buenos Aires.

Animación tradicional, collage, stencils animados, montajes de fotos y hasta un pequeño toque de acción en vivo hacen de esta "Ánima Buenos Aires" una propuesta intensamente creativa que muestra, sin lugar a dudas, la excelencia y diversidad de los equipos de animación nacional, con historias de raíces propias y que logran transmitir lo que late en esta ciudad tan nuestra.