Amour

Crítica de Shaoran Nox - La Cinerata

AMOUR es la nueva cinta de Michael Haneke, que aunque todo en ella misma nos diga que es Francesa, resulta procedente de Austria. Ganadora del festival de Cannes, y más recientemente del Globo de Oro a mejor película extranjera, y principal favorita para llevarse todos los premios, incluido el oscar, en la misma categoría.

A Haneke nunca se le podrá criticar por lo visceral de sus películas. Y por visceral, nos referimos a crudeza visual: pone la historia, pone a los actores, y deja que todo fluya. Deja que la historia pase, se alargue, sea tan natural como poner una cámara y grabar la vida misma. Anne (una brillante Emanuelle Riva) y Georges (Jean-Louis Trintignant) son maestros de música retirados, disfrutando de su vejez y de su vida juntos, cuando los hijos se van, cuando sólo se tienen el uno al otro. Y entonces, Anne comienza a sufrir con su salud, y la paciencia, el temple y sobre todo el amor de Georges se verá puesto a prueba mientras Anne se va deteriorando poco a poco.

Una conocedora de la cultura de Francia me dijo una vez que "si no es lenta, pesada, y al final te quedas con cara de ¿Y ahora, qué?, no es película Francesa". El único problema con Amour es que es tan realista, que termina por ser pesada. Ver el día a día de la pareja, las actividades, incluso los mismos problemas entre ellos y con su hija, termina por ser pesado. Termina por cansar, pidiendo una mejor edición que en lugar de durar 127 minutos, durase 20 minutos menos y con ello se convierta en algo más ágil. Pero sin embargo, no dejaría el mismo mensaje, el mismo impacto.

Es, simple y sencillamente, una lección de vida. Una demostración plena de amor. Un asomo a la vida real de esas parejas de antes, de las que ya existen muy pocas: de aquellas parejas que son capaces de hacer todo por esa persona que aman. Que no cuestionan ni esperan nada a cambio: solo aman por amar, solo se entregan por completo y son felices, sin pedir nada a nadie, sin dejar que nadie los cuestione y entendiendo que una relación es de dos, y nada más. Una oda a la vida misma, a la piedad, a la muerte incluso. Amour es una pieza magistral que todos por lo menos deben ver una vez en su vida.