Amores frágiles

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

La verborragia por miedo al silencio.

Una película donde la palabra o mejor dicho la ametralladora de verborragia de una protagonista despechada ocupan el centro de todo habla a las claras de todo lo que eso tapa o representa en base a la ausencia la reflexión desde el silencio. Silencio que en tiempos modernos parece molestar a cada mensaje de texto o réplica en redes y que muchas veces despierta gigantes equívocos en el otro como señal falsa de indiferencia o desinterés por aquello que se comparte.

Nada más trillado que pensar en el amor y en las relaciones pasionales como algo intenso pero frágil y de ahí un título un tanto caprichoso para reflejar en esta comedia de medio pelo de la directora Francesca Comencini, quien con este llega a la nada despreciable cantidad de nueve películas y cada una de ellas en torno a las relaciones entre hombres y mujeres y a los amores y desamores como en este caso.

Y básicamente Amores frágiles transita por el vaivén del idílico romance al abandono porque ya no es como se pensaba y la chance de volver a empezar con otro amor resulta tan lejana para Claudia (Lucia Mascino, insoportable pero querible) como entender que Flavio (Thomas Trabacchi) eligió a otra mujer más joven. Pero no se trata simplemente de las edades sino que gran parte del film se concentra en la obsesiva búsqueda del instante en que esa pareja ideal a los ojos de Claudia se cae, se derrumba, se desarma como todas las proyecciones amorosas cuando vienen acompañadas de egoísmo.

La estructura narrativa propuesta por la directora es fragmentada con flashbacks de momentos dulces y presentes no tan dulces, con verborragia en discusiones que parecen profundas pero que no lo son en el corazón del meollo amoroso.

Por momentos la intensidad de Claudia sumerge el relato en un tedio que no permite el vuelo hacia la comedia o el necesario espacio reflexivo desde los estereotipos que acompañan la trama. Algo de crítica solapada al machismo y a su contraparte el feminismo llegan un tanto tarde y con ruido más que otra cosa en base a la propuesta general de esta comedia pasable pero que no alcanza a satisfacer los gustos de un público algo más exigente.