Amor sin escalas

Crítica de Luis María Fittipaldi - RosarioCine

"Up in the air" no tiene nada que ver con el vergonzoso título que le impusieron los distribuidores de material cinematográfico por estos lares: "Amor sin escalas", es decir otro claro ejemplo del denominado "título-mentira" para intentar que un filme engañe al público, creyéndose este que se trata de una comedia light, ligera, donde todos tropiezan y finalmente triunfa el amor. En esta peli de Jason Reitman, no pasa nada de eso, sin embargo es un modelo de cine inteligente y renovador.
A este mismo director anteriormente le debíamos : "Gracias por fumar" y "Juno", precisamente esta fué un verdadero deshecho de cine con mirada inteligente. En esta nueva, Reitman cuenta con un actor taquillero como George Clooney, ideal para componer ese "pseudo-galán-de-aeropuertos" que vive más arriba de los aviones que en su casa, y que atraviesa el país con un trabajo tan atroz como repugnante: despedir "cara a cara" personal de empresas. O sea aquello que no se atreven a hacer los empleadores o gerentes, se contratan los servicios de una empresa donde llega un desconocido a decirles que a partir de mañana quedan cesantes.
Entre idas y venidas, más cierta meta de Ryan (Clooney) de sumar millaje y lograr algo que han hecho muy pocos, se le cruzarán dos mujeres tan disímiles como peculiares. Una viajera incesante con quién Ryan podrá imaginar un compromiso afectivo (justo él que abomina de las no-libertades personales) encarnada por la bellisíma Vera Farmiga, y luego una muy joven compañera de trabajo: Anna Kendrick, que muestra esa cosa de advenediza y eficiente empleada, que desarrollará esto de los fatales despidos pero a través de otra metodología.

Apenas si roza un contenido romántico, aunque sea comedia por momentos divertida por sus comentarios ácidos, y con intenciones absolutas de mostrar una realidad pesimista como la originada estos últimos meses con la crisis económica mundial.
El filme es la antítesis de lo tan y tan y tan visto en los últimos años, esto de refritos, ideas trilladas, repetición de gags, humores, y cuanta pelotudez ande dando vuelta para intentar llevar gente a las salas, de hecho esta no puede ser apreciada por el mismo público que va a divertirse con "Papás a la fuerza" a la sala de al lado, en la mía tuve la suerte de hallarme con una bocanada fresca de cine, que habla de cierta necedad humana, no tan simple pero elogiable. Se sabe: nadie es perfecto, menos que menos el cine.