Amor de película

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

Una película de jóvenes y para los jóvenes. De esas que hablan del amor, de los proyectos, de los desengaños, de las cosas tontas que también hacen linda la vida. Alguien cuenta en off lo que después se transforma en pura acción, y luego los actores representan la vida que pasa.

Es la historia de Martín y Vera que va y viene en el tiempo, desde aquel momento en que estaban en el mismo bar pero sin conocerse. El intentaba escribir ficciones y ella componer letras de canciones. Martín, tan tímido que no encontraba el modo de presentarse, y ella que, más audaz, aprovecha la oportunidad de un corte de luz para hablarle y conocerse. No sabían que el amor es una cosa que se construye y se deconstruye para volver a construirse de a dos y que habrá fracasos y triunfos, intentos y logros casi felices, hasta el triunfo de ella o el estancamiento de él, momentos de la vida en que nuevas circunstancias ayudarán al cambio y a solidificar los deseos del comienzo.

"Amor de película" tiene un elenco de gente joven, en su mayoría profesional, que supo ganarse al público, especialmente en el mundo de la televisión, como Natalie Pérez y Nicolás Furtado, o en la comedia musical, como Vanesa Butera. En este caso se repite el fenómeno y Natalie Pérez ("Pequeña Victoria"), a quien se puede disfrutar en su papel de cantante, en pareja con el actor uruguayo Nicolás Furtado (Diosito de "El marginal") se calzan los roles de Vera y Martín. Y a pesar de un argumento nada original pero con la necesaria cuota de humor, los actores, con autenticidad y simpatía, logran meterse en el bolsillo a los espectadores.