Amityville: el despertar

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

Una nueva entrega en la longeva saga de la casa embrujada. Amityville: El despertar, de Franck Khalfoun, apunta a un producto de bajo presupuesto, correcto, sin abrazar el estilo clase B. El 13 de noviembre de 1974 se escribía una de las páginas más famosas de la historia del crimen. Ronald DeFeo asesinaría en la medianoche a sus padres y cuatro hermanos mientras dormían.
Un año después, la familia Lutz se mudaba a vivir a la casa de los crímenes, en Amityville, Nueva York, y duraría sólo 28 días en ella. Los sucesos “ocurridos” fueron retratados por el periodista Jay Anson en la novela de 1979 que inspirara a la película cumbre de casas embrujadas .
"Aquí vive el horror" ("The Amityville Horror") del mismo año. Aunque varios años después se comprobó que todo fue un fraude, la historia de George Lutz empezando a ser poseído demoníacamente e intentando asesinar a su familia, como le habría sucedido a Ronald DeFeo, es el caso más famoso de hogares con un poder siniestro.
En el cine, Amityville llevó a once películas oficiales, una de ellas un remake de la original en 2005, y varias apócrifas que aprovecharon su nombre aunque poco tuviesen que ver, como la estrenada hace pocas semanas "El origen del terror en Amityville" (aunque en honor a la verdad la relación con la saga fue solo un invento del título local, no original). Bueno, para ser ciertos, las propias películas oficiales – repetimos, salvando el remake – tampoco es que tengan demasiado que ver con los hechos documentados. A partir de la tercera entrega, todo fue un disparate que, si de algo vale la pena, es por su jocoso espíritu Clase B deliberado.
Por eso, lo primero que habrá que rescatar de esta "Amityville: El despertar", es que intenta llevar las cosas otra vez al plano de liarlas con los orígenes, aún a cuestas de perder el espíritu “berreta” que ya era su marca registrada. Joan (Jennifer Jason Leigh, remando lo imposible) es una madre soltera que se muda con sus tres hijos a la casa de marras. Juliet (McKenna Grace) es la niña menor, y Belle (Bella Thorne) y James (Cameron Monaghan) son los mayores y gemelos. James se encuentra en un coma vegetativo hace años, a causa de un hecho en el que Belle tuvo algo que ver.
Por eso, la relación de la adolescente con su madre no es de las mejores. Joan vive para cuidar a su hijo postrado, y no puede perdonar a su hija, a la que trata de un modo algo abusivo (Oh Jennifer, qué bien te siguen saliendo los roles de villana). Belle, gracias a sus compañeros comienza a interiorizarse de la historia de la casa.
A la par, su hermano “milagrosamente” comienza a mostrar signos de mejoras, y ella sospecha que no es nada bueno. "Amityville: El origen" fue una producción con muchísimos problemas, es más su guion original en nada se parece a lo que terminó siendo. Filmada en 2014, estuvo tres años en gateras esperando para su estreno, y eso se nota a la hora de visualizarla. Se presenta como un film de presupuesto escaso, con pocos recursos, y modesto. Pero también como una película coherente de sus limitaciones.
A diferencia de las últimas películas de la saga, pretende adoptar un tono serio, alejado del espíritu Clase B (ridículo divertido deliberadamente), y más apegado al de las dos primeras entregas. Es más, la historia pareciera ser una continuación directa de aquellas… pero consciente de que esas películas existen al igual que la novela.
Los amigos de Belle le presentan las dos primeras películas, el remake, y la novela, y hasta se entusiasman de poder ver la primera película en la casa real en la que sucedieron los hechos. Este metalenguaje de la película dentro de la película será uno de los puntos más atractivos de la propuesta.
Belle es un personaje algo estereotipado, Bela Thorne no logra sacarse el aspecto de “rubia porrista”, por más dark, rimmel y labios negros que quieran pintarle. En los contrapuntos con Joan, Jennifer Jason Leigh gana por goleada. El director Franck Khalfoun mantiene una filmografía aceptable en el género con títulos como P2 y el remake de Maniac, pero aquí se ve limitado por la producción, y lo que logra es un clima muy sugerente, lúgubre, y algún que otro susto típico de golpe de efecto.
Por último, la historia presenta giros, algunos más interesantes y mejor planteados que otros. Hasta algo durante los créditos finales que, bien interpretado y conociendo cómo se dieron los hechos reales, resulta ingenioso.
"Amityville: El despertar" es un film de terror promedio, mejor de lo que se podía esperar por todas las complicaciones que tuvo, pero también algo insuficiente por algunas ideas que maneja y que pudieron llegar a mejor puerto. Los Lutz mintieron , pero sus mentiras no paran de generar material.