Amenaza en lo profundo

Crítica de Ximena Brennan - Cuatro Bastardos

Amenaza en lo profundo: Asfixia y cine híbrido.
Luego de la fusión 20th Century Fox–Disney, Amenaza en lo profundo (Underwater, 2020) llegó esta semana a los cines argentinos como un híbrido: terror, acción, thriller, referencias a Alien, Lovecraft y corrección política (o moraleja medioambiental).
Todos estos elementos están visibles en la película de William Eubank – director dedicado a la ciencia ficción – casi desde el comienzo, momento en que nos encontramos con una Kristen Stewart diferente a la que recordamos en films anteriores. Mientras se lava los dientes sola en paños menores en un baño de una base submarina, reflexiona sobre la vida y escucha temblores y ruidos extraños a su alrededor. Unos minutos después la acción y el ritmo vertiginoso toman la pantalla casi sin descanso hasta el final.
Este factor favorece mucho a la película, dado que estamos frente a una trama por demás simple. Entonces, aquí, el ritmo narrativo lo es todo. Stewart interpreta a Norah, una de las seis sobrevivientes del colapso de dicha base subacuática, del que aún se desconocen los motivos. Su personaje – tanto desde lo físico, lo dramático y lo envalentonado – es un homenaje evidente a la Ellen Ripley de Alien. Es más, algunos ya se arriesgan a decir que el film es claramente «Alien pero bajo el agua».
Así las cosas, la intención todo el tiempo es sobrevivir y buscar las causas de tremendo accidente. En ese camino, nos encontramos con personajes variopintos: el veterano capitán de la misión (un Vincent Cassel convincente); T.J. Miller, encargado de aportar la dosis de humor a todo el drama, y la miedosa del grupo (Jessica Henwick). Con esta variedad en el casting, la película nos lleva de un lado a otro y sigue ganando puntos en su ritmo narrativo.
Ahora lo terrorífico. En el agua, en la oscura inmensidad del fondo del mar, algo despertó (como en Megalodón -The Meg, 2018). Ese «algo»- con reminiscencias primero a Slenderman cuando uno de los personajes menciona su parecido, y luego a las criaturas típicas de Lovecraft o al kraken de Furia de Titanes – cobra cada vez más protagonismo. Otro aspecto que ayuda, y mucho, al ritmo, la acción y la fantasía.
Poco y nada se explica de esta criatura acuática. Sólo se hace referencia a que se llegó demasiado lejos excavando, como si fuera una moraleja sobre lo peligroso que es el hombre ambicioso. Pero queda una duda: ¿es un ser mitológico o es un extraterrestre?. Bastante queda por responder ahí.
Y el último punto fuerte es (y viene siendo últimamente en casi todas las películas estadounidenses) la preponderancia y la fuerza femenina en toda la cuestión: Norah es fuerte, es de armas tomar y toma las decisiones sola. En resumen empoderamiento y cine catástrofe en estado puro.