Amante fiel

Crítica de Laura Pacheco Mora - CineFreaks

Triángulo amoroso francés.

El cine francés supo explorar el amor y mostrarnos todos sus matices. L'homme fidèle (2018) se presenta como una comedia dramática con una muerte ya anunciada en el tráiler y nos conecta más con la comedia que con la pasión típica de los franceses. Sí con una propuesta de concebir a las relaciones amorosas de otra manera, aunque nada novedosa para cierto público.

El hipnótico actor francés Louis Garrel, hijo del nombrado director Philippe Garrel, además de protagonizar esta película, es el director y guionista junto a Jean-Claude Carrière. Abel (Louis Garrel) y Marianne (Laetitia Casta), son pareja. Ambos muy seductores, se separan luego de una noticia que involucra a un amigo que tienen en común; luego de una década, se reencuentran y él decide recuperarla. Sin embargo, el panorama ha cambiado: Marianne es madre de Joseph (Joseph Engel) y su tía Eva (Lily-Rose Depp) ha crecido. Joseph confronta a Abel con un secreto impactante.

Con participación en festivales y premios otorgados en el 2018 Festival de San Sebastián al Mejor guión, Premios César Nominada a Mejor actriz revelación (Depp) y 2019 BAFICI - Festival de Buenos Aires al Mejor director, los cinéfilos pueden estar intrigados por el coguionista de Garrel, el legendario guionista francés Jean-Claude Carrière. Ambos lograron un guión ligero y contar una historia en el tiempo justo sin convertirla en un melodrama; en el que cada protagonista de la historia articula sus perspectivas individuales a través de la voz en off, alternando el relato desde todos los puntos de vista, lo que otorga dinamismo y participación al espectador. En cierto sentido, todos están apegados a un hombre muerto que el espectador nunca llega a conocer, pero estará presente durante el desarrollo del film. Garrel sugiere de manera permanente, manteniéndonos en un estado de intriga en donde todo puede suceder y cada suceso es imprevisible.

Sin embargo, esta confección agradable, más divertida que romántica tiene poco que decir sobre el dolor, la muerte, el arrepentimiento, la atracción y el compromiso, tópicos con los que se puede profundizar, pero no fue la idea aquí; debido al estilo novedoso del humor travieso, logra ser encantadora, aunque carente de emoción. El público que espera una comedia romántica parisina ingeniosa quedará satisfecho.

Una invitación ocurrente para reflexionar sobre cómo los asuntos del corazón consumen a las personas y a veces, perseguir a alguien puede ser más gratificante que realmente poseerlo. En verdad nadie es dueño de nadie. El mensaje más importante quizás sea recordarnos que amar a una persona implica respetar su libertad, desvelar el misterio del significado del amor, con una opinión actualizada y desafiante.