Amante accidental

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

La inmadura y el judío errante

Más allá de la fórmula trillada de la historia de amor entre diferentes edades, cuando en una comedia romántica sólo se recurre al carisma de sus protagonistas y no a las situaciones en sí para quitarle una sonrisa al público, eso quiere decir que estamos en problemas. Ahora bien, si a ese pequeño detalle le agregamos otro aún más significativo como la escatología, o la burla ramplona frente al diferente, resulta más que evidente que no hay ni siquiera una idea interesante para desarrollar algún indicio de comicidad.

Amante accidental, título local engañoso para el original que podría traducirse como "el rebote", apela a la receta del encuentro de dos mundos separados no sólo por la franja etaria sino por una manera de relacionarse con la realidad, en un juego de opuestos que se atraen, se separan y finalmente (como no podría ser de otra manera) se vuelven a juntar. Ese par binario lo compone la egoísta y prejuiciosa Sandy y el bondadoso y filántropo Aram, cuya misión en el mundo es ayudar al otro sin pretender nada a cambio.

La premisa es sencilla: Sandy (Catherine Zeta Jones) decide mudarse a Nueva York, junto a sus dos hijos pequeños, tras haber descubierto a su esposo con otra mujer. Su nueva aventura como mujer independiente, despechada y necesitada la obliga a buscar un empleo y por eso debe contar con ayuda extra para el cuidado de sus niños. Así, fortuitamente conoce al veinteañero Aram (Justin Bartha) y lo contrata de niñero con el fin de poder comenzar a buscar pareja y de este modo reencauzar su vida. El muchacho, judío con una idishe mame a cuestas y el cantante Art Garfunkel de padre, inmediatamente se gana el corazón de los pequeños y el de Sandy. El amor no tardará en llegar como así tampoco los problemas generacionales que ponen en jaque el futuro de la pareja.

El resto no hace falta contarlo porque el director Bart Freundlich (cuyo antecedente más rescatable es haber dirigido varios episodios de la serie Californication, además de ser marido de Juliane Moore) no escatima en desperdiciar celuloide a lo pavo. Zeta Jones cumple en su rol de madurita sexy y Bartha dignifica con sus ocurrencias y miradas de bambi tierno.