Amante a domicilio

Crítica de Juan Pablo Russo - EscribiendoCine

Ni Ashton Kutcher desnudo levanta esta película

Que el cine nos trae muchas veces comedias banales y aburridas, no es ninguna novedad. Pero que siga recurriendo a fórmulas trilladas, actores esquematizados y guiones mediocres, es algo que resulta difícil entender. Lo cierto es que al ver Amante a domicilio (Spread, 2009) uno no sabe si salir corriendo del cine pidiendo que le devuelvan el dinero que pagó por la entrada o aprovechar la cómoda butaca para dormir la más placentera de las siestas. ¡Basta de películas malas!

Nikki (Ashton Kutcher) es un gigoló que seduce a jóvenes pulposas de Los Ángeles que nada tienen de inocente. Cuando el dinero se le acaba sale en busca de señoras un poco mayores que él -aunque no mucho- y siempre en un estado al mejor estilo Demi Moore -por si no se entiende-. Estas señoras sedientas de sexo y placer le brindan todo lo que tienen a su alcance, es decir: dinero y más dinero; mientras Nikki también les dará la recompensa merecida, sexo y más sexo. Pero un día el siempre “bueno” de Nikki conocerá a una camarera, se enamorará y querrá dejar todo por ella. Pero vaya sorpresa cuando descubra que ella es tan “gato” como él y que el "contigo pan y cebolla" para ella no servirá. Nikki despechado de amor terminará convertido en delivery de restaurant y colorín colorado esta mediocre película habrá terminado.

Cuesta trabajo entender como David Mackenzie, ganador del Oso de Plata del Festival de Berlín por su corto Hallam Foe (2007), termine filmando una historia donde todo su potencial se basa en mostrar a Ashton Kutcher desnudo o teniendo jugosas escenas sexuales con Anne Heche. El resto pareciera ser el edulcorante de una torta desabrida y mal cosida. La historia es tan superflua, carente de sentido, monótona y chata que tiene que recurrir a mostrar a dos sex simbol's desnudos para así atraer público, el tema es que ni siquiera ese recurso puede sostenerse, nadie puede poner en duda el buen físico de Anne Heche, pero Kutcher convertido en un juguete sexual cuando su extrema delgadez es comparable con la de un anoréxico... ¡Increíble!

Si miramos Amante a domicilio con buenos ojos y tratamos de ser un poco contemplativos podemos llegar a compararla con algunas películas que abordaron la misma temática como fue el caso de American Gigolo (1980) y Shampoo (1975). Aunque en realidad sería ofender a quienes participaron de esas producciones, que sí fueron un hito para la historia del cine y que, sin ser magistrales en su calidad, pueden considerarse dos grandes obras de artes al lado de este pastiche misógino que no hace otra cosa que mostrar a la mujer como una prostituta y al hombre como el único ser capaz de redimirse y cambiar su estilo de vida por amor. Además comparar a Richard Gere con Ashton Kutcher sería lisa y llanamente una falta de respeto.

En síntesis, Amante a domicilio no tiene nada de bueno. No hay una historia que atrape, no hay gags que diviertan, no hay actores que se luzcan o al menos que transmitan carisma. Ni siquiera vale la pena pagar una entrada para ver a Ashton Kutcher y Anne Heche desnudos. ¿Se entiende? Por si no le quedó claro, se lo digo con todas las letras y en mayúsculas: “NO VAYA A VER ESTA PELICULA BAJO NINGUN PUNTO DE VISTA”. Caso contrario no diga que no se lo advertimos. Un buen motivo para no ir al cine en año nuevo.