Amanecer - Parte 2

Crítica de Fernando Iannantuono - Cine crítico

Esperando la batalla

Amanecer, parte 2, es una decepción constante que tiene una enorme falencia constitucional en su historia. Todo el relato es acerca de un batalla final y de como los vampiros buenos se preparan y la esperan. La idea no es mala, ya que sería un perfecto cierre a la saga, pero presenta el inconveniente de exigir que el desenlace sea espectacular. Por lo tanto, si al final no resulta serlo, toda la película se derrumba. No solo la batalla es intrascendente, sino que durante el resto de la historia (inicio y desarrollo) tampoco sucede algo relevante.
Unos de los clichés que más se utilizan en las historias bélicas es decir que el momento previo a la batalla es la peor parte. Probablemente sea un poco exagerado, sin embargo esencialmente tiene mucha verdad. La instancia previa a cualquier combate es una situación llena de tensión y ansiedad que atormenta a los combatientes. Obviamente sería un error exigir que la película sea de tal o cual forma, pero si estamos ante una historia en la cual todo se basa en esperar una batalla final, uno supondría que algo debe suceder en esos minutos. Podrían haber sido hechos o conflictos internos, pero lamentablemente solo se ven viajes y reclutamientos de más vampiros, lo cual no propone nada de real trascendencia para los protagonistas.

Asimismo, todavía no se toco el punto clave del relato donde todo parece resultar un gran chiste: el final. Sin tratar de revelar demasiado, hay que adelantar que el desenlace del final es una decepción rotunda. Carece de creatividad, emoción o ritmo. Es tan anticlimático que uno duda de la seriedad de la producción. Si bien nunca la crítica actúo de manera muy favorable con la cinta, uno duda que en este caso haya tenido una consideración honesta con los fanáticos de la saga.

Por otro lado, es necesario sostener que está película junto a las demás de la saga han marcado a todo un grupo de personas que durante la misma se han sentido tan emocionalmente conectados con los protagonistas que cuando las luces se apagaron y los créditos iniciales empezaron, un murmullo lleno excitación y nerviosismo invadió la sala. Una conexión (logro) tan fuerte que solo un puñado de películas logran obtener.