Amanecer - Parte 1

Crítica de Nicolás Viademonte - Función Agotada

Y si amanece por fin...

Vamos a hacer un poco de memoria. En el 2008 llegó a nuestras carteleras, dirigida por Catherine Hardwicke, Crepúsculo, que vendría a ser la primer entrega de una de las sagas cinematográficas más exitosas de los últimos años. Solo un año más tarde se hizo presente Luna Nueva, pero esta vez dirigida por Chris Weitz, mientras que en el 2010 desembarcó Eclipse (realizada por David Slade), para ahora darle lugar nuevamente una temporada más tarde a la primera parte de Amanecer, que estuvo a cargo de Bill Condon.

En un esfuerzo casi sobre humano vi las cuatro ediciones de la saga Twilight en solo 5 días y es mi deber asegurar sin ningún prurito que Amanecer es por mucho la mejor entrega de la franquicia, que ha venido de menor a mayor, aunque hay que destacar que de las cuatro partes es una buena película solo la que ha llegado a nuestros cines el último jueves.

Amanecer retomará la historia desde donde la dejó Eclipse y nos mostrará el ¿esperado? casamiento entre Bella y Edward, para luego dar paso a la soñada luna de miel donde los tortolitos harán, ¡por fin!, el amor. Pero como no todo es color de rosa y menos en esta novela teen, Bella inmediatamente quedará embarazada de una criatura que supuestamente cambiará el rumbo de la humanidad y que también destruirá el tratado entre los Cullen y los lobos desatando una feroz pelea entre los chupasangre (de animales, porque son re buenos) y los hombres lobos. Unos defendiendo al enigmático bebé superpoderoso y otros intentando justamente todo lo contrario, destruirlo.

A esta altura cualquiera que vaya a ver una película perteneciente a la saga que comenzó en el 2008 sabe que asiste a ver un film cargado de histeria (tanto afuera como adentro de la cinta), timorato y conservador, solemne hasta la médula y abarrotado de molestos clichés. Por ende, me parece más interesante resaltar los aspectos que hacen de Amanecer una buena película más allá de poseer algunos defectos en menor y otros en mayor medida, que conviertieron a Crepúsculo, Luna Nueva y Eclipse en películas que van de malas a mediocres.

Amanecer es mejor película que las anteriores básicamente porque Bill Condon logró pulir con una estética superior y hasta atrapante a las escenas dramáticas y de acción, ya que la creación de los climax siempre fue de lo más deficiente en la franquicia, incluso más allá de las inexpresivas o sobreactuadas interpretaciones de las primeras dos entregas. Un fiel ejemplo de lo mencionado es la larga secuencia del parto de Bella, donde la tensión, la crudeza y el suspenso son llevados de manera excelente por Condon. También encontraremos como punto alto para la defensa una narración cinematográfica menos forzada e impostada, que se encarga de llamar a las secuencias importantes en los momentos adecuados, logrando una interesante cohesión que jamás se hizo presente en los otros films.

Robertito Pattinson y Taylor Launter no son buenos actores, o por lo menos no han podido demostrarlo hasta ahora, pero desde Crepúsculo hasta Amanecer hay un cambio notorio en ambos, consiguiendo evolucionar junto a sus papeles a tal punto que en esta primera parte a Pattinson comienzan a entendérsele los gestos y Launter finalmente comienza a tenerlos. Inclusive hasta tienen momentos dotados por algo muy interesante, el carisma.

En cambio Kristen Stewart sigue demostrando que tiene pasta y representa nuevamente a la perfección a Bella, aunque con el paso de las ediciones el abuso de ciertos gestos y caras se torna algo tan insoportable como el histeriqueo que realizó con los personajes de Edward y Jacob en las tres ediciones anteriores.

Con varias mejorías Amanecer se convierte en la obra más rescatable de la saga Twilight, dejando abierta la puerta para una segunda parte que seguramente cerrará dignamente la adaptación que por suerte va de menor a mayor.