Amanecer en mi tierra

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

La dignidad de los nadies.

En este documental de Ulises De la Orden la palabra sustentable no suena a utopía. La realidad indica que cuando se piensa en sustentable, entran en juego tantos factores adversos que lejos de acompañar proyectos interesantes dividen, corrompen o al menos desaniman a sus artífices. La interrelación entre vecinos y un pueblo Mapuche bajo la consigna de una cooperativa que necesita fondos del Estado Provincial para llevar a cabo un plan de viviendas, sustentable, agita lazos de solidaridad entre pares y el compromiso de terminarle al otro la casa antes de empezar por la propia.

Sin embargo, cuando entra la política en el juego todo se desmadra y así comienzan las tensiones entre la paciencia que se agota, las prioridades individuales por encima de las colectivas y las aristas invisibles de todo proyecto de convivencia entre grupos de diferentes culturas. Esa página al pie del proyecto, ese relleno de lo cotidiano, con discusiones e intercambio de estrategias comunitarias para paliar adversidades, es el condimento fuerte del documental.

Sin ánimo didactista ni panfletario, Ulises De la Orden planta una cámara en un terreno fértil, el de las relaciones de los grupos humanos, otorga voz a “los nadies” que no pierden la dignidad y expone sin subrayados la enorme brecha entre la clase política, su insensibilidad y lo que es peor su capacidad perversa de prometer aquello destinado a jamás cumplirse cuando eso es más cruel que decir la verdad; que exponer sin pelos en la lengua que la política es la negociación constante de intereses ajenos al común de la gente.