Alvin y las ardillas 3

Crítica de María Gabriela Losino - Cine y más...

Las caóticas pero adorables ardillitas cantantes Alvin (voz de Justin Long), Teodoro (voz de Matthew Gray Gubler) y Simon (voz de Jesse McCartney), regresan a la gran pantalla en esta tercera entrega basada en los exitosos personajes creados por Ross Bagdasarian y que han estado deleitando a las audiencias de todo el mundo durante más de 50 años con su singular voz de helio, producto de una técnica de grabación simple pero efectiva.

En esta oportunidad, el travieso trío se encuentra de vacaciones a bordo de un lujoso crucero con el que también se dirigen a los Premios Internacionales de la Música donde se presentarán junto a las Arditas Eleanor (Amy Poehler), Jeanette (Anna Faris) y Brittany (Christina Applegate), que aparecieron en la segunda parte de la franquicia.

Pese a haberle prometido a Dave (Jason Lee repite su papel como su "padre" y manager) comportarse como se debe, Alvin (que reclama un poco de independencia) no puede resistirse a causar estragos en la embarcación, ya que toma la cubierta como si fuera su patio de recreo personal.

Tanta irresponsabilidad por parte de Alvin que sus travesuras lo llevan a él, a Simón, a Teodoro y a sus contrapartes femeninas a naufragar en una isla remota. Una vez que todos tratan de encontrar una manera de regresar a casa, descubren accidentalmente que el nuevo territorio al que han llegado no está tan abandonado como parece.

Acompañada por una música ardillesca que incluye clásicos como "Vacation" (originalmente inmortalizada por The Go-Go’s) hasta éxitos actuales como "S.O.S." (hecha famosa por Rihanna) y "Bad Romance" de Lady Gaga, "Alvin y las Ardillas 3" -film que vuelve a combinar animación con acción en vivo- presenta una historia sencilla que no deja de ser entretenida... ¿qué más se le puede pedir?

Dirigida por el actor y escritor Mike Mitchell ("Shrek Para Siempre"), cuenta con la participación de David Cross, quien nuevamente encarna a una especie de villano, un ejecutivo de la industria discográfica que tiempo atrás quizo esclavizar a las ardillas para sacar provecho de su éxito.