Pasos lunares Alunizar (2013) es un documental de suma originalidad sobre la transmisión televisiva de la misión del Apolo 11 y la llegada a la luna. Principalmente sobre el alunizaje, del cual Neil Armstrong tiene la boga de ser el primer hombre y astronauta en haber pisado la superficie lunar. Pero durante la investigación, la película encuentra elementos dudosos y se bosqueja una teoría: ¿realmente se vio el primer paso del hombre en la luna? ¿Fue una transmisión en directo? ¿O será que nos hicieron creer que fue el primero? Entonces, Alunizar plantea que lo más posible es que se haya transmitido el segundo paso más no el primero. Lucas Larriera y Pepa Astelarra, directores de la cinta, se ponen aquí como personajes que llevan adelante la investigación. En su afán de querer recrear el primer paso en la luna, comienzan a indagar a partir del libro sobre la televisión argentina de Mirta Varela en busca de la transmisión original de 1969, pues lo que comienza a suceder conforme ven en los materiales de archivo es una constante interrogante en un detalle en particular que comienza a volverse extraño. Desde ese punto comienza evidentemente una mirada y reflexión histórica sobre aquellas imágenes televisivas, y si realmente lo que se vio ese día era un enlace en directo o una superposición de material ya guardado e incluso recreado previamente, pero que fue colocado al momento de la transmisión. Entonces la película también es una manera de adentrarse en lo que lo que es el espectáculo televisivo, y el doble discurso entre ficción y realidad, evento recreado o mensaje puro y transparente. Y son todas las recreaciones lo mejor de la película, ya que de esa manera se plantea mejor dicha mirada y reflexión y además se aleja de un simple nivel solo informativo ya clásico para estos tipos de temas. Con un lenguaje sosegado, pausado y una imagen cautivante por su cuidado, que de algún modo se vuelve atípico frente a lo que podría esperarse, Alunizar es una experiencia distinta y atractiva con un material sumamente interesante que deja en claro su objetivo de profundizar sobre el detalle y la recreación. Y tal vez se podría haber incidido más sobre la forma de un relato conspirativo porque muchas veces el concepto de la manipulación en la imagen está muy presente. Sin embargo, en el compendio de la dispersión que se produce por entrevistar a gente de diversas opiniones variadas consigue transmitir la duda sobre la transmisión de la llegada a la luna. Además, por la manera como se muestra a cada entrevistado, se logra involucrar más a Lucas ya Pepa. Y más allá de gustos personales, Alunizar es un documental demasiado recomendable porque lo que si consigue es que la un interrogante quede en la mente del espectador.
Alunizar es una película documental realizada por dos jóvenes guionistas, Pepa Astelarra y Lucas Larrieta. En la misma, los directores de la cinta intentan recrear exactamente la llegada del hombre a la Luna, aquel momento en el que Neil Armstrong da el primer paso en nuestro satélite natural. Es entonces cuando la obsesión de los realizadores los lleva a un dar con un detalle clave: el material con el que cuentan muestra un brillo inexplicable en medio de la Luna. Así empieza a entramarse una nueva teoría sobre el primer alunizaje: ¿Es realmente el primer paso el que vimos? ¿O fue solo un montaje? Fly me to the moon Existen miles de teorías conspirativas sobre la llegada del hombre a la Luna allá por el lejano julio de 1969. Que el hombre no llegó nunca, que fue todo un ardid de los yanquis para mentirle al mundo y ganarle a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas la carrera aeroespacial, que es todo un montaje filmado en un set, las teorías son muchas y ninguna comprobada. Música de suspenso, buena locución en off y así arranca Alunizar. Una interesante introducción que nos contextualiza la llegada del hombre a la Luna y pone sobre la mesa de debate la supuesta manipulación de los archivos usados en el documental For All Mankind de Al Reinert, film que incluso supo estar nominado al Oscar y que es el que usan los directores para su recreación. Pepa y Lucas entonces proponen una nueva teoría sobre el Apollo 11 y su llegada a la Luna, pero no desde el lado conspirativo, sino más bien teniendo como punto de partida la idea de que el alunizaje del Apollo 11 no fue en vivo, sino más bien un montaje realizado luego de la llegada, editado por la NASA y recién transmitido a todo el mundo. Lamentablemente luego de la bien lograda introducción, todo se cae a pedazos cuando entra en escena una socióloga e investigadora que acompañará a los directores a lo largo de toda su recopilación de información, ya que es entonces cuando empieza un camino de entrevistas y más entrevistas que no aportan absolutamente nada, más que duración a un film que llegada la media hora se empieza a poner más pesado que collar de melones. Y es que el principal error de Alunizar es vendernos una cosa en el tráiler, y obtener un resultado totalmente diferente en el documental en sí mismo. Las entrevistas si bien tienen un mínimo de interés, no aportan demasiado al tema en cuestión, ya que gran parte de ellas solo apuntan a que la transmisión de la llegada del hombre a la Luna en nuestro país no fue archivada en ningún canal, por lo tanto es imposible acceder a ella. Ni hablar de que el pilar fundamental del documental fue la floja idea de recrear la llegada del hombre a la Luna en una salina de Córdoba. Y es a partir de allí es donde empieza la concatenación de entrevistas, en un film que pierde totalmente el punto de mira al tratar más sobre la televisión argentina que sobre el alunizaje en si mismo. Conclusión Alunizar es uno de los miles de casos en los que el tráiler supera al producto final. Plagado de entrevistas poco logradas, con un ritmo cansino hasta el hartazgo, y un final que decepciona salvo por la yapa de los créditos. Si el documental se hubiera titulada “La televisión argentina y sus archivos indocumentados” en vez de Alunizar y se hubieran sacado media hora de entrevistas, no habría absolutamente ninguna diferencia. Se agradece el intento, pero podría haber salido algo mejor.
Un original documental de Lucas Larriera y Pepa Astelarra. Un análisis sobre la globalización de la información, el comienzo de ese fenómeno y una posible conspiración sobre el primer paso del hombre en la luna.
Muchas preguntas sobre el viaje a la Luna Sobre la base de noticieros, datos científicos y testimonios de estudiosos del tema, los directores de Alunizaje recorren la historia de aquel primer viaje a la Luna y llegan a la conclusión de que lo que más se conoce de ese alunizaje son, justamente, las imágenes que lo registraron en 1969. Tal será el anclaje para debatir si -como rezan las teorías conspirativas- el único logro verdadero de la NASA en esa ocasión es haber conseguido plasmar en la Tierra imágenes capaces de convencer al público de que tamaña hazaña ocurrió en realidad (otros postulan que lo que se registró para la posteridad fue el segundo paso del hombre y no el primero). Así, el documental interesa por esa serie de preguntas que, en parte, provienen de un periodista norteamericano que estudió concienzudamente la carrera espacial y prosiguen con diversos relatos que llevan a los espectadores por un ameno camino por el que transitan preguntas lógicas, teorías disparatadas, datos sorprendentes y, sobre todo, esas imágenes que aún conmueven a quienes vuelven a verlas.
Un primer paso que fue el segundo paso Más que un trabajo de investigación, la ópera prima del dúo de realizadores se asemeja por momentos a una gran farsa. En la búsqueda de demostrar la puesta en escena del alunizaje del Apolo XI, el film recurre a raros testimonios y un final de doble fondo. Difícil decir de qué se trata Alunizar, ópera prima de Pepa Astelarra y Lucas Larriera, ya no de manera sinóptica sino como objeto cinematográfico en sí mismo. La película se presenta como un documental de investigación, pero la sensación que se tiene al dejarse arrastrar dentro de la narración es la de ser testigos privilegiados de una enorme farsa. Una farsa de múltiples dimensiones en tanto que, como un juego de muñequitas rusas, es posible ir encontrando una cadena de artificios ocultos unos dentro de otros, sin saber nunca hacia dónde se disparará el relato con cada sucesivo eslabón. En ese mecanismo hay un evidente carácter lúdico que la sostiene y, al mismo tiempo, consigue salvarla de la intrascendencia que todo el tiempo amenaza con sepultarla en el cajón de las películas olvidables. En ese aceptarse como juego –que a veces parece un gesto voluntario y otras no tanto– está el mérito de un documental elíptico como Alunizar, que se atreve a elegir un tema que se encuentra sobre el límite del absurdo y al que aborda sin temor a cruzar del otro lado de esa frontera.Desde el principio queda claro que hay algo de desencajado en la propuesta de Astelarra y Larriera, quienes a partir de un intento de reconstruir cinematográficamente la breve secuencia del primer paso dado en la Luna por el astronauta Neil Armstrong en 1969, concluyen que esa imagen mítica que desde entonces se ha dado por cierta es en realidad falsa. Pero no en el sentido megalómano de las teorías conspirativas tradicionales, aquellas que niegan la llegada del hombre al satélite terrestre vía Apolo XI, y hasta arriesgan que en realidad se trata de un trabajo extraoficial realizado por Stanley Kubrick para el gobierno estadounidense.Lo de estos dos chicos argentinos es más sencillo: que en realidad lo que se transmitió supuestamente en vivo y en directo como el primer paso de un hombre en la Luna es en realidad el segundo. Es decir, que aquel pequeño paso para un hombre que todos han visto alguna vez no es el de Armstrong, sino el que dio su compañero Buzz Aldrin un rato después. Los directores intentan demostrar que aquella transmisión no fue en vivo sino un montaje posterior y que el registro original del descenso de Armstrong permanece inédito. Todo eso desde la Argentina, sin consultar a ninguna fuente realmente confiable en el tema y por momentos más cerca de la ficción pura que del documental. Decisiones que los llevan a recoger testimonios inusuales (algunos de ellos al borde mismo de lo razonable) que motorizan esa sensación juguetona de deriva narrativa, que los empuja por los caminos menos sensatos pero ciertamente más entretenidos. Todo empaquetado en el formato del documental más riguroso y con una buena banda sonora de aires carpenterianos, que se atreve a dialogar de manera abierta con la ciencia ficción clásica. Un final con doble fondo parece indicar que Astelarra y Larriera ganaron el juego.
¿Un gran paso? En este filme sobre la televisación de la llegada del hombre a la luna, importan más los cuestionamientos que las entrevistas en sí. Lo que empieza como un (falso) documental sobre una investigación sobre si lo que la TV mostró como el primer paso del hombre en la luna fue real o ficticio, o si fue el segundo porque ya había un astronauta en el satélite (“un brillito” en la imagen, dicen), muta al tratar, los realizadores, de darle una pata entre filosófica y sociológica a su teoría. Hay entrevistas (a Mirta Varela), se habla del Cordobazo (por continuidad temporal y cómo lo mostró la TV), habla Mónica Cahen D’Anvers y hay una representación en San Juan de cómo fue el alunizaje. Hasta las contradicciones con Varela tienen su sesgo de comicidad en este trabajo que plantea más preguntas que respuestas.
¿LA VERDAD SOBRE EL PRIMER PASO? _ Lo que nosotros cuestionamos es por qué Estados Unidos decidió transmitir ese segundo paso en lugar del primero – puntualiza Lucas. _ La pregunta es qué habría en ese primer paso que nunca fue transmitido – reafirma Pepa. _ ¿Y qué hay? – interroga una supuesta periodista. _ Nosotros estuvimos con unos especialistas y ahora creemos tener la respuesta – comenta Lucas. A lo cual, Pepa agrega – Por eso lo que estamos haciendo ahora es recrear ese verdadero primer paso que nunca se vio. ¿Cuál es esa verdad que dicen haber hallado? ¿Cómo se puede recrear un verdadero primer paso si se supone que nunca se mostró el original? Estas dudas no se resuelven en Alunizar, película dirigida por Pepa Astelarra y Lucas Larriera, dos egresados de la Universidad del Cine. Quizás esta falta de respuesta se desprenda de la manera en que ambos directores construyen su documental: como un trabajo de investigación. Más aún, como un trabajo de investigación dentro de otro. Esto quiere decir, por un lado, que Alunizar está elaborada a partir de una hipótesis que intenta virar a lo largo de la película pero que, al final, se retoma; por otro, que tanto el tratamiento de su temática como el uso de los recursos cinematográficos se ponen al servicio de ese modelo. El planteo inicial de los directores tiene que ver con la recreación del primer paso del hombre en la luna porque, según ellos, la transmisión televisiva no fue en directo, sino un trabajo de manipulación de la imagen. Por este motivo y basados en For all mankind (1989), filme realizado por el guionista y director Al Reinert con material de la NASA, Astelarra y Larriera intentan indagar la razón por la que ese primer paso del astronauta Neil Armstrong no fue emitido y, en cambio, se usó el descenso de su compañero Edwin “Buzz” Aldrin con el audio del primero. La película puede dividirse en tres partes bien diferenciadas: un inicio que expone algunas teorías conspirativas y que introduce a Reinert; una segunda parte, donde los directores se apoyan en las investigaciones de la socióloga Mirta Varela acerca del fenómeno televisivo en Argentina entre los años 50 y fines de los 60 y la última parte donde se retoman las teorías conspirativas para llegar a la recreación de ese primer paso. Esta estructura genera cierta confusión porque hay un gran salto entre la exposición de las teorías conspirativas y el planteo de incógnitas hasta la filmación del primer paso. Si bien la intención es apoyarse en ciertos materiales trabajados por Varela–la transmisión argentina sobre la llegada del hombre a la luna – para definir su hipótesis, le otorgan un lugar central a la investigadora que desdibuja no sólo lo exhibido en el inicio, sino también sus propias conjeturas. Incluso, cuando abordan la misma temática, se percibe el distanciamiento de ambas investigaciones. Esto se evidencia, sobre todo, cuando los realizadores le consultan a Varela sobre el falso vivo de la misión del Apolo XI. La socióloga habla sobre cierta planificación pero no respecto al uso del material, mientras que los directores subrayan la manipulación de las imágenes. Por tal motivo, si bien los directores se enmarcan dentro de un modelo de investigación, el cual requiere de una multiplicidad de materiales y de trabajo de campo para luego contraponer y hacer una selección, la forma en la que se plantea esta parte no da cuenta de un aprovechamiento. Por el contrario, parecería que el enfoque a seguir es el de Varela y no al revés. Por otro lado, el final de Alunizar trae consigo una incógnita. Previo a los créditos, los directores afirman que durante la etapa de postproducción recibieron, de forma misteriosa, un paquete de la editorial Apogee Books de Canadá con un DVD con material bruto de grabaciones de la misión de Apolo XI. Debido a las instancias en las que se encontraba la película, Astelarra y Larriera decidieron incluir dicho material como cierre. Este acontecimiento resulta bastante extraño y dudoso. No sólo por su abrupta aparición – ¿cómo se enteró la editorial canadiense de este proyecto? –, sino y sobre todo por la veracidad de dicho material. Los realizadores repiten a lo largo de Alunizar que, para ellos, las imágenes sobre la llegada del hombre a la luna fueron manipuladas. Por lo tanto, cabe preguntarse cuáles fueron los criterios que usaron para validar el material y, más aún, catalogarlo como ese primer paso desconocido. Alunizar, al enmarcarse dentro de los límites de un trabajo de investigación, se permite una serie de licencias que tienen que ver con la prueba y el error. De eso, justamente, se trata la metodología de investigación; del esbozo de una pregunta, de la salida al campo, de un posible cambio de hipótesis y de una respuesta. Es cierto que la película recorre este camino y mantiene su línea de pensamiento. Sin embargo, no lo finaliza puesto que no consigue ninguna respuesta. Allí radica el problema; en ese aferrarse a la hipótesis inicial, a la recreación de un verdadero primer paso que no termina por explicar ni cuál es su autenticidad ni tampoco su misterio. Por Brenda Caletti redaccion@cineramaplus.com.ar
La llegada a la luna siempre fue un hecho controversial. A ver, es un instante crucial en la historia de la humanidad, tanto, que recuerdo a mi padre, describiéndome la transmisión televisiva (que llegó en diferido aquí en ese momento), en detalle, una y otra vez a lo largo de mi infancia y adolescencia. Indudablemente ha marcado a generaciones enteras. En “Alunizaje” conoceremos una curiosa hipótesis de trabajo, qué sucedería si pensáramos que aquello que vimos, no fue lo que sucedió y fuimos víctimas de una compleja red de manipulación y sugestión? Podemos decir sin dudas, que desde aquella televisación la cultura global cambió. La era de las grandes transmisiones modificó la conducta de millones de habitantes a lo largo del planeta. Así que no es poca cosa aventurar que algo extraño sucedió con ese registro. O con su transmisión. He leído mucho en internet sobre si fue realmente cierto que el hombre llegó a la luna aquel 20 de julio de 1969. La verdad, no me siento sólido para afirmar una u otra cosa. Sí creo que más importante que saber si ese hecho se produjo, es que consecuencias generó y produjo el hecho de que el mundo conociera ese alunizaje, de la manera que lo conoció. Claro, también soy consciente de que el hecho de que esa emisión haya sido editada, añade cierto misterio a la cuestión de fondo… montaje televisivo o no, habría que ver que significó para los argentinos, en contexto. Y eso, “Alunizar” cumple. Este documental (bien construido, en cierta manera carismático y con un tema de poderosa actualidad: el poder de los medios y la construcción de verdades subjetivas partiendo de una exposición audiovisual común) plantea un interesante recorrido por el material de archivo sobre dicho evento mediático en nuestro país. Habrá una socióloga (Mirta Varela) y muchos testimonios (más de 20 contamos) que van construyendo un relato intenso (la verdad, con un ritmo poderoso para el género) en el que a cada paso estaremos preguntándonos, “¿esto es verdad?” seguido de “y si fuese así, ¿cuál era la intención?”, para terminar con…”¿cómo esto impactó en su tiempo?”. Algo que me gusta de “Alunizar” es la búsqueda comprometida por acercarse a una investigación con los recursos posibles. Pero con audacia. Desde la propuesta general (una clara conspiración desde mi punto de vista), hasta sus implicancias sociales y políticas. Todo, en un envase que se degusta vertiginoso y abre la discusión sobre un tópico, (convengamos), apasionante. Me corro de las discusiones sobre la validez o no de la hipótesis que parten para quedarme con el viaje al que nos invitan Pepa Astelarra y Lucas Larriera. No se si simularemos o no el fin del recorrido, pero puedo garantizarles que a la hora de llegar, el balance fue muy satisfactorio.