Alptraum

Crítica de Alejandro Lingenti - La Nación

Pesadillesco thriller de gran factura

Segundo largometraje de Ana Piterbarg, cuyo debut, Todos tienen un plan, fue protagonizado por Viggo Mortensen, Alptraum tiene un título elocuente (significa "pesadilla" en alemán) y una serie de referentes notorios: desde El inquilino de Polanski y el cine de Lynch, por sus climas oníricos y opresivos, hasta la nouvelle vague, por su estilizado tratamiento de la imagen en blanco y negro. De factura técnica impecable, la película es realmente sólida en términos de actuaciones y puesta en escena. Piterbarg consigue configurar con eficacia ese mundo de paranoias, obsesiones y depresión crónica en el que el protagonista, un joven dramaturgo y director teatral acuciado por una ruptura amorosa, queda atrapado como resultado de sus propias alucinaciones.

Andreas (buen trabajo de Germán Rodríguez, actor de trayectoria en el circuito del teatro off porteño) se siente perseguido por una especie de monstruo mitológico que primero aflora en sus sueños, pero luego también empieza a aparecer en la vigilia. Y se transforma él mismo en perseguidor de una atractiva vecina traductora de alemán. Inquietante, la película mantiene el nivel de tensión de un buen thriller y le añade con criterio algunas pizcas de comedia patética. Funciona sagazmente como reveladora radiografía de una cabeza que parece a punto de estallar.