Alien: Covenant

Crítica de Alexis Puig - Infobae

Ridley Scott vuelve al universo que él creó en 1979, con una historia que remite a la película original

Una nave colonizadora debe hacer una escala técnica en un planeta desolado (al menos en apariencia). Una vez allí los tripulantes deberán enfrentarse al horror que representan las criaturas xenomorfas, entidades alienígenas dispuestas a matar y reproducirse.

El filme, es una secuela de Prometeo (anterior visita de Ridley Scott al mundo "Alien"), pero a diferencia de esta, Covenant deja de lado las metáforas existencialistas y los mensajes subliminales para centrarse en el suspenso y horror.

Aunque no lo sea, la película, funciona como una remake agiornada de Alien: el octavo pasajero, el largometraje que comenzó todo a finales de los setenta.

Scott, vuelve a centrarse en los decorados opresivos, cargados de humo y metal, y construye atmósferas de horror, oscuras y con un buen manejo del "fuera de campo" técnica en la que su filme del 79, fue precursor. Obviamente, aquí los efectos digitales han suplantado a los encantadores muñecos y prótesis originales, pero de todas maneras el espíritu de H.R. Giger aún se mantiene en los "monstruos" y en los enjambres y nidos que sirven de cobijo a la historia.

Michael Fassbender en un doble papel de androide, se luce; su frialdad y sus movimientos mecánicos, hacen creíbles a estos dos personajes sintéticos, y además su presencia suma a un efectivo villano a la mitología de Alien.

El resto del elenco, remite inevitablemente a la tripulación de Nostromo, y cada uno de los actores tendrá su momento de sanguinolencia explícita, algunas de esas secuencias, no aptas para impresionables.

Una tripulación diezmada por un ser alienígena, ya ha sido visto en casi todos los capítulos de la serie, pero sin dudas las nuevas generaciones que no crecieron a la sombra de esta saga, podrán disfrutar de una buena dosis de sci-fi violenta, oscura y depresiva. Para los otros, los que somos fans y temblamos con el "Octavo pasajero", encontrarnos con Scott detrás de cámaras, siempre es un incentivo, aunque esta no sea una de sus mejores performances, su espíritu, su gusto y su experiencia, están allí, en cada rincón inquietante de Covenant.