Alias Yineth

Crítica de Ariel Abosch - El rincón del cinéfilo

Colombia queda en Sudamérica, cerca de la Argentina, pero muy lejos de nuestra idiosincrasia social y política. Por ese motivo cuesta entender el tema que trata éste documental y generar empatía con el personaje retratado porque, en este caso, la distancia no es geográfica sino socio cultural, y comprender el duro pasado que padeció Yineth Trujillo, que se asemeja más a un cuento de ficción y no a una historia real, es una tarea que bien vale la pena reflexionar por parte del espectador.

La realización de Daniela Castro Valencia y Nicolás Ordóñez, nos muestra un tema muy caliente y vigente que sufre la sociedad colombiana desde hace décadas: la organización guerrillera FARC que domina grandes territorios de aquel país a sangre y fuego, especialmente en zonas selváticas y montañosas, donde es difícil encontrarlos y combatirlos. Ellos lograron tener más fuerza y poder que cualquier gobierno, y se convirtieron en su peor pesadilla.

El film se centra en narrar la vida de Yineth, una muchacha que, para llegar a ser lo que es hoy, utilizó siete nombres distintos con el objetivo de que no la reconozcan y poder así moverse con cierta tranquilidad.

Ella no la tuvo nada fácil. Al ser de una familia pobre la entregaron como recluta a las FARC con tan sólo 12 años. Su único objetivo fue ser lo más fuerte posible y sobrevivir, porque estuvo ahí 5 años, hasta que se pudo fugar una noche.

El derrotero que le siguió no fue un lecho de rosas. Pero pudo salir adelante. La protagonista cuenta con detalles cada momento de su vida, de una manera cruda, que la hace quebrarse emocionalmente en varias ocasiones.

Los directores acompañan con la cámara a la protagonista a los lugares difíciles en los que estuvo, como además en los salones donde da charlas públicas para contar su historia y en las tareas hogareñas también.

Ella tiene una entereza admirable y una claridad mental única. Es un ejemplo de resiliencia formidable. Porque pudo resurgir de las cenizas, reinventarse y construir una nueva realidad, mucho más feliz y amable que antes.