Aliados

Crítica de Martín Pérez - DiarioShow

El amor es más fuerte

"Aliados" es un thriller y una película romántica a la vez, que cuenta la historia del oficial de inteligencia Max Vatan, un oficial de inteligencia que llega a Marruecos a encontrarse con su “esposa” Marianne Beauséjour, espía francesa que logró infiltrarse entre los nazis. Tanto Cotillard como Pitt están a la altura de su trayectoria.

Cuando se estrenó “El hilo rojo”, toda la publicidad rodeó el tema de la infidelidad y el “escándalo de la palta”, ya que durante la filmación nació el amor entre sus protagonistas, la China Suárez y Benjamín Vicuña. Hubo mucha repercusión antes de su estreno, y la expectativa creció a un alto nivel, que bajó abruptamente cuando la crítica y el público vieron que el resultado en pantalla no era el esperado. La gran exposición es un arma de doble filo.

Una suerte similar corrió con “Aliados”, publicitado desde el divorcio de Brad Pitt y Angelina Jolie por el rumor de que el rubio le habría sido infiel a su mujer con su coprotagonista, Marion Cotillard.

De todas formas, con unos créditos increíbles en el elenco y la realización (Robert Zemeckis siempre sorprende/intenta sorprender), las circunstancias obviamente eran muy distintas. “Aliados” es un thriller y una película romántica a la vez. La disección no se debe a que la película tenga parte A y parte B, pero es necesaria la diferenciación pues funciona bien en ambos géneros.

Max Vatan (Pitt) es un espía que llega a Marruecos a encontrarse con su “esposa” Marianne Beauséjour (Cotillard), espía francesa que logró infiltrarse entre los nazis que se apoderaron de la ciudad. Ambos deben aparentar ser un matrimonio feliz, ser invitados a una fiesta en la embajada alemana, y matar al embajador. “Mantengo los sentimientos reales”, dice Marianne cuando Max le dice que es buena en su trabajo. Tras la misión, completamente enamorados, deciden mudarse a Londres, se casan y tienen una hija. Todo este episodio es un prólogo para el verdadero conflicto: los jefes de Vatan sospechan que su mujer es una espía nazi. Desde allí, inician los conflictos internos del militar por la incertidumbre de haber estado durmiendo con el enemigo, la necesidad imperiosa de averiguar si es verdad aunque a toda costa apueste por que se trate de una falsa alarma. Durante la crisis, habrá drama, acción y suspenso del bueno. Una pastilla interesante es el homenaje a Casablanca que se da en todo el metraje: la acción inicial que ocurre en la misma ciudad, “La Marsellesa” tocada en un bar lleno de nazis, y una escena importante que tiene su clímax en un aeropuerto.

Tanto Cotillard como Pitt, con mucha química entre ellos, están a la altura de su trayectoria en el cine, lo que no es poco decir tratándose de estrellas respetadas por su forma de hacer arte. En tanto, Zemeckis, detrás de cámara, supo como captar el amor en buen balance con el thriller, inventando una buena fusión más allá de los trillados que estén los dos géneros que la componen.