Algunos días sin música

Crítica de Ezequiel Boetti - Otros Cines

Cuenta conmigo

Sebastián (Jerónimo Escoriaza) acaba de llegar con sus padres a los suburbios de la ciudad de Mendoza. En su primer día de colegio, conoce a Email (Emilio Lacerna) y a Guzmán (Tomás Exequiel Araya), con quienes empieza a construir una larga charla en cuyo desenlace anida una pregunta generada por el deseo de no tener clases: ¿Qué pasaría si, de buenas a primeras, falleciera la maestra de música? Menuda sorpresa se llevan cuando ella cae redonda al piso, iniciándose así un cese de actividades por duelo y, con él, el periodo al que refiere del título.

Algunos días sin música es otra muestra de la gran cantidad de producciones realizadas en el interior del país, tendencia encabezada por el ya consolidado cine cordobés y los incipientes tucumanos y mendocinos. A este último pertenece la ópera prima de Matías Rojo. Nacido en la tierra del buen vino, este sociólogo y realizador narra una pequeña historia de iniciación entre los amigos, mostrándolos en el proceso madurativo que conlleva el conocimiento mutuo y el descubrir los mecanismos del funcionamiento de una dinámica grupal. Y lo hace con corrección y simpleza, dejando que sus criaturas fluyan en el devenir de la vida sin mirarlos con aire paternalista. Podrá no ser demasiado para algunos, pero que aquí alcanza para construir un más que interesante debut.