Algunas horas de primavera

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

Madre hay una sola

Es difícil (se me hace difícil) recomendar una película tan dura y con un tema tan complejo (violencia familiar + enfermedad terminal) como esta del francés Stéphane Brizé. Pero en una cartelera comercial dominada por productos pasatistas, efímeros y predigeridos como la argentina un film profundo y delicado -aun con sus aspectos discutibles- como el de Brizé resulta no sólo una rareza sino también motivo de una especial atención.

El director de la exitosa Une affaire d'amour narra la historia de Alain (ese querible y tierno duro que es Vincent Lindon), un hombre que acaba de ser liberado tras 18 meses en prisión. Sin plata y con un inevitable futuro de empleos precarios (como separar la basura en un centro de reciclaje lleno de inmigrantes) se instala en lo de su madre, Yvette (Hélène Vincent), una mujer metódica, obsesiva, controladora, despótica, en muchos momentos decididamente insoportable. La relación entre ellos es casi siempre tirante y en determinados pasajes, explosiva.

Alain se enamora de Clémence (Emmanuelle Seigner y su belleza madura), pero no le cuenta su situación. Al poco tiempo descubre que su madre tiene un tumor cerebral sin posibilidades de remisión. Su más que precario equilibrio se desmorona por completo: ¿Iniciar una relación en ese contexto? ¿Cómo acompañar a una mamá que lo maltrata y que no se deja ayudar?

Este y muchos otros interrogantes son los que plantea esta inquietante, provocadora -pero nunca manipuladora, ni sentimental, ni sensacionalista- propuesta de Brizé. Filmada con precisión quirúrgica, con sensibilidad (sin excesos) y el aporte de exquisitos actores, Algunas horas de primavera remite por momentos a la multipremiada Amour, de Michael Haneke.

Siento que el final no es del todo convincente, que la forma en que se aborda el tema de la muerte digna (eutanasia) no está a la altura de la complejidad y de los matices del resto de la película. De todas formas, estamos ante un film inteligente: valiente y valioso. Vale la pena, por lo tanto, darle una oportunidad.