Alfonsina

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

Noble retrato de Alfonsina Storni

Sin mayor difusión se estrena hoy un buen documental del suizo Christoph Kühn, sobre Alfonsina Storni. Se explica su interés: ella nació y pasó su primera infancia en Suiza, pero además sus versos siguen siendo actuales, y su vida ha sido tomada como bandera por las feministas. Al menos, parte de su vida y su leyenda.

Respetando esa fama, la síntesis biográfica hilvana con fluidez las etapas de sacrificio y popularidad, el dulce San Juan, el orgullo de aportar a la economía del hogar con solo 12 años y la tristeza de ver pasar a las otras niñas rumbo a la escuela, sus ganas de aprender, la oficina alienante, las peñas literarias, su lugar en medio de los hombres, su libertad sentimental, el hijo, los viajes, la pobreza, la gloria. La enfermedad y la gloria.

Imágenes del Buenos Aires y la Mar del Plata de antes, recortes de avisos clasificados para señoritas de los años 20, de entrevistas, figurines y caricaturas, rincones de su aldea natal y viejas fotos de las ciudades del interior y del Uruguay por donde anduvo, el Noticiero Panamericano registrando una representación de su Teatro Infantil Labarden, una rosa marchitándose sobre un asiento de madera de la línea A, con todo ese se va ilustrando el relato, matizado por las propias confesiones de Alfonsina y algunos de sus versos: "No eres tú quien me engaña,/ quien me engaña es mi sueño", "me perfuman las manos/ los pétalos de nieve", "Las gentes ya tienen el alma cuadrada,/ ideas en fila/ y ángulo en la espalda./Yo misma he vertido ayer una lágrima,/ Dios mío, cuadrada". Y aquel dedicado a Horacio Quiroga y a don Alfonso Storni ("Iré a veros muy pronto"), en fin, y también uno de esos artículos cargados de ironía, que publicaba en "La Nación" bajo el alias de Tao-Lao, recomendando "un pájaro dentro de la cabeza" para "la perfecta dactilógrafa". Destacable, el trabajo de búsqueda que se ha hecho, a cargo de un equipo argentino.

Inclusive se oye su propia voz, recitando sus antisonetos en viejos discos. Pero la grabación no la ayuda. Mejor suenan sus versos ("Hombre pequeñito", "Tú me quieres blanca") en la voz de una de sus alumnas, quizá la última que aún puede recitarla, la encantadora Bendita Berlín, que ya va por los 90 largos. Ahí está también otro nonagenario que la conoció de niño, el actor Guido Gorgatti. Y luego, el nieto, Guillermo Storni, la jovencita Mery Storni, la coleccionistaPatricia Díaz Garbarino, estudiosas y biógrafas como Ana Atorresi y Graciela Gliemmo. Pero lo mejor es la viejita. Su corte de manga acentuando la frase "tú me quieres casta", quién sabe si se lo enseñó Alfonsina, pero está buenísimo.