Alcarràs

Crítica de Maximiliano Curcio - Revista Cultural Siete Artes

Ganadora del máximo premio en el último Festival de Berlín -aunque apabullada por «As Bestas» en los Goya-, “Alcarrás” llega a las salas locales para apropiarse del término ‘realismo cinematográfico’ con total personalidad. Podríamos traer al presente la frase <No hay principio, ni hay fin, lo único que hay es pasión por la vida>, dicha por el insigne Federico Fellini, quien hiciera del realismo un factor con el cual jugar a piacere. Porque esta es la palabra clave aquí. Realismo cinematográfico que fuera capaz de superar la propia realidad para captar su esencia, en palabras del emérito crítico André Bazin. Por ello, el realismo no significa representar la ‘realidad’ tal cual ‘es’ sino honrar a la acción que sucede en ese espacio, siendo capaz de sustituir la misma por una mimesis que capte a la perfección su esencia. La nueva película de Carla Simón hace todo ello maravillosamente. Hurga en mecanismos de recuerdos, mientras una cámara en mano sosegada se introduce en la intimidad del hogar. Obra con bondad sobre las herramientas del lenguaje cinematográfico. Nos hace formar parte de la propia película y sus espacios, es un acto de cinefilia de lo más puro. La singular “Alcarrás” parte de un anecdotario relato en tierras trabajadas por una familia. Pasan los tiempos y el progreso llega en forma de capitalismo voraz; pareciera querer venir a matar la armonía. En su microcosmos habita un factor común que visita tiempos de la infancia; en gran acierto, Simón extrae pedazos de memoria para trabajar con valentía lo melodramático sin caer en la nostalgia de una época mejor. Allí, la poderosa y bella mirada de la autora consigue una transformación casi alquímica, representando un salto cualitativo gigantesco respecto a su anterior film. Complejizan la mirada múltiples puntos de vista, los cuales, perfectamente retratados, se conjugan en un relato acerca de ‘lo ajeno’ que mantiene indemne la mirada personal y extremadamente natural. Gracias a «Alcarrás», la directora barcelonesa, responsable de “Verano 1993”, pertenece con todos los honores a una nueva generación de directoras, la cual encabeza con total autoridad.