Pareja musical dispareja En algunas ocasiones Hollywood, sin proponérselo de manera explícita y desde distintas orillas industriales, ofrece trabajos casi simultáneos sobre una misma temática, en esta oportunidad volcando todos sus esfuerzos hacia el retrato de vocalistas femeninas semi trágicas que deben lidiar con una fama de un notorio doble filo: así como Vox Lux (2018), de Brady Corbet y con Natalie Portman, jugaba con la comarca arty freak y Her Smell (2018), de Alex Ross Perry y con Elisabeth Moss, se tiraba de cabeza a la pileta del indie hiper autodestructivo, ahora Alcanzando tu Sueño (Teen Spirit, 2018), protagonizada por Elle Fanning y dirigida por Max Minghella, un talentoso actor reconvertido en director y sobre todo conocido por su rol de Nick Blaine en The Handmaid's Tale, apuesta a una especie de versión lánguida de los musicales mainstream tradicionales de rápido ascenso a la condición de celebridad y sus consecuencias, léase enfrentarse al ego y los chupasangres. La trama gira alrededor de Violet Valenski (Fanning), una chica de 17 años que forma parte de una familia de inmigrantes polacos viviendo en la Isla de Wight, en el Reino Unido, una joven que asiste al colegio secundario, se hace cargo junto a su madre Marla (Agnieszka Grochowska) de la colorida granja familiar y trabaja de camarera -también a la par de su progenitora- en un local nocturno. No obstante el verdadero anhelo de la muchacha es cantar y lo hace regularmente ante un mínimo público en un tugurio del pueblito en el que vive, donde conoce a un tal Vladimir Brajkovic (el genial Zlatko Buric, actor fetiche de la primera etapa de la carrera de Nicolas Winding Refn), otrora un famoso cantante de ópera en su Croacia natal y hoy un alcohólico y menesteroso que se ofrece a ocupar el rol de manager y a ayudarla en lo que atañe a su preparación y sus ensayos para participar en un concurso televisivo de canto símil reality show, ese Teen Spirit del título original en inglés. El guión del propio Minghella recurre a todos los lugares comunes del formato, en especial a este esquema de “pareja musical dispareja” que componen Violet y Vladimir, sin embargo logra salir a flote con inusitada eficacia porque siempre mantiene los pies sobre la tierra y no se abstrae hasta perderse -como tantas propuestas semejantes- en el circo del mundo del espectáculo y su paradigmática banalidad, coqueteando permanentemente con la ruptura del dúo central debido a los idiosincrasias álgidas en cuestión: ella es muy parca, al igual que su madre, en función de la amargura compartida de las dos mujeres motivada por la partida repentina del padre -para nunca más regresar- luego de una infidelidad de Marla, y él también arrastra una generosa depresión debido a su distanciamiento con respecto a su hija, que asimismo se dedica a la música y vive en París. El relato en esencia nos brinda una interpretación bien resumida y súper mundana de los latiguillos que supo patentar la recordada Nace una Estrella (A Star Is Born, 1937), aunque adaptados a los tiempos que corren y el desinterés absoluto del mainstream musical actual por buscar nuevos talentos, por lo que estos concursos televisivos salvajes e hipócritas se transforman en un semillero en el que uno de cientos es elegido para ser explotado a gusto por los productores de turno. Minghella trata al certamen/ programa de TV en sí como una excusa narrativa para el comienzo del ascenso de Valenski y hasta denuncia ese sustrato parasitario a través de la figura de Jules (la siempre maravillosa Rebecca Hall), representante en la trama de los productores de Teen Spirit y artífice del ofrecimiento de un contrato discográfico leonino en el que la chica tendría que renunciar a todo y ponerse al servicio de lo que los payasos de marketing dispongan para transformarla cuanto antes en otro producto sin alma del mainstream. Un indudable punto en contra de la faena en su conjunto es el repertorio, característica que comparte con las nombradas Vox Lux y Her Smell y rasgo lamentable de buena parte de los musicales de hoy en día (no todas las canciones son mediocres y/ o olvidables, pero el promedio cualitativo es bastante bajo porque se enmarca en ese pop prefabricado -en eterna pose chillona y tontuela- que domina el campo cultural infantil/ adolescente/ adultos idiotas que jamás crecieron). La realización cuenta con la duración justa, no se entretiene con escenas melodramáticas gratuitas, llama a las cosas por su nombre y sobre todo nos regala una excelente dinámica actoral entre Fanning y Buric, dos intérpretes que hacen de la química apesadumbrada su principal herramienta en pantalla…
Muy buena y muy realista a pesar que no ofrece nada que ya no se haya visto, pues está bien contada, muy bien interpretada y tiene una linda historia para contar. Tenés que considerar que si vas al cine a ver la historia de alguien que quiere ser una estrella de la canción....
Operación triunfo. En algunas ocasiones Hollywood, sin proponérselo de manera explícita y desde distintas orillas industriales, ofrece trabajos casi simultáneos sobre una misma temática, en esta oportunidad volcando todos sus esfuerzos hacia el retrato de vocalistas femeninas semi trágicas que deben lidiar con una fama de un notorio doble filo: así como Vox Lux (2018), de Brady Corbet y con Natalie Portman, jugaba con la comarca arty freak y Her Smell (2018), de Alex Ross Perry y con Elisabeth Moss, se tiraba de cabeza a la pileta del indie hiper autodestructivo, ahora Alcanzando tu Sueño (Teen Spirit, 2018), protagonizada por Elle Fanning y dirigida por Max Minghella, un talentoso actor reconvertido en director y sobre todo conocido por su rol de Nick Blaine en The Handmaid’s Tale, apuesta a una especie de versión lánguida de los musicales mainstream tradicionales de rápido ascenso a la condición de celebridad y sus consecuencias, léase enfrentarse al ego y los chupasangres. La trama gira alrededor de Violet Valenski (Fanning), una chica de 17 años que forma parte de una familia de inmigrantes polacos viviendo en la Isla de Wight, en el Reino Unido, una joven que asiste al colegio secundario, se hace cargo junto a su madre Marla (Agnieszka Grochowska) de la colorida granja familiar y trabaja de camarera -también a la par de su progenitora- en un local nocturno. No obstante el verdadero anhelo de la muchacha es cantar y lo hace regularmente ante un mínimo público en un tugurio del pueblito en el que vive, donde conoce a un tal Vladimir Brajkovic (el genial Zlatko Buric, actor fetiche de la primera etapa de la carrera de Nicolas Winding Refn), un famoso cantante de ópera en su Croacia natal y hoy un alcohólico y menesteroso que se ofrece a ocupar el rol de manager y a ayudarla en lo que atañe a su preparación y sus ensayos para participar en un concurso televisivo de canto símil reality show, ese Teen Spirit del título original en inglés. El guión del propio Minghella recurre a todos los lugares comunes del formato, en especial a este esquema de “pareja musical dispareja” que componen Violet y Vladimir, sin embargo logra salir a flote con inusitada eficacia porque siempre mantiene los pies sobre la tierra y no se abstrae hasta perderse -como tantas propuestas semejantes- en el circo del mundo del espectáculo y su paradigmática banalidad, coqueteando permanentemente con la ruptura del dúo central debido a los idiosincrasias álgidas en cuestión: ella es muy parca, al igual que su madre, en función de la amargura compartida de las dos mujeres motivada por la partida repentina del padre -para nunca más regresar- luego de una infidelidad de Marla, y él también arrastra una generosa depresión debido a su distanciamiento con respecto a su hija, que asimismo se dedica a la música y vive en París. El relato en esencia nos brinda una interpretación bien resumida y súper mundana de los latiguillos que supo patentar la recordada Nace una Estrella (A Star Is Born, 1937), aunque adaptados a los tiempos que corren y el desinterés absoluto del mainstream musical actual por buscar nuevos talentos, por lo que estos concursos televisivos salvajes e hipócritas se transforman en un semillero en el que uno de cientos es elegido para ser explotado a gusto por los productores de turno. Minghella trata al certamen/ programa de TV en sí como una excusa narrativa para el comienzo del ascenso de Valenski y hasta denuncia ese sustrato parasitario a través de la figura de Jules (la siempre maravillosa Rebecca Hall), representante en la trama de los productores de Teen Spirit y artífice del ofrecimiento de un contrato discográfico leonino en el que la chica tendría que renunciar a todo y ponerse al servicio de lo que los payasos de marketing dispongan para transformarla cuanto antes en otro producto sin alma del mainstream. Un indudable punto en contra de la faena en su conjunto es el repertorio, característica que comparte con las nombradas Vox Lux y Her Smell y rasgo lamentable de buena parte de los musicales de hoy en día (no todas las canciones son mediocres y/o olvidables, pero el promedio cualitativo es bastante bajo porque se enmarca en ese pop prefabricado -en eterna pose chillona y tontuela- que domina el campo cultural infantil/ adolescente). La realización cuenta con la duración justa, no se entretiene con escenas melodramáticas gratuitas, llama a las cosas por su nombre y sobre todo nos regala una excelente dinámica actoral entre Fanning y Buric, dos intérpretes que hacen de la química apesadumbrada su principal herramienta en pantalla…
Max Minghella (“The Handmaid’s Tale”) hace su debut tras las cámaras en este pequeño pero prolijo film titulado “Teen Spirit”, el cual también se encargó de escribir. La historia es bastante convencional y conocida, la cual por momentos transita varios de los lugares comunes de los periplos emprendidos por artistas musicales que buscan alcanzar la fama y la fortuna. Este largometraje cuenta la historia de Violet (Elle Fanning), una introvertida adolescente que vive en la Isla de Wight, en Inglaterra, y que sueña con convertirse en una estrella del pop para así poder alejarse de su triste panorama familiar. Con la ayuda de un inesperado mentor, Vlad (Zlatko Buric), Violet se inscribe en un concurso de canto que pondrá a prueba su integridad, talento y ambición. Lo atractivo del acercamiento de Minghella a la temática enunciada radica en su aproximación indie e intimista que se centra más que nada en sus personajes en lugar del contexto que los rodea. El principal problema que atraviesa su relato es la familiaridad y el mal timing para su estreno, ya que hace poco llegaron a las salas “Vox Lux” y “Her Smell”, films con premisas similares más allá de ciertas diferencias musicales. El fuerte de la cinta se encuentra en la sentida e inspirada interpretación de Elle Fanning y su relación con el mentor compuesto por Zlatko Buric, en una dinámica entretenida e interesante que sirve para explorar algunos planteos morales que conlleva el vínculo entre ellos y las imposiciones de la industria musical. El espectador se encontrará con una producción entretenida y con buenos números musicales pero no más que eso, digamos que los que busquen algo más que un relato pasatista se verán algo decepcionados. Igualmente el relato nunca intenta ser más de lo que es, desde el principio se posiciona como un divertimento ligero pero bien elaborado. Por otro lado, la crítica hacia los productores y las empresas discográficas que propone Minghella sirven para poner en evidencia ciertas estrategias actuales por conseguir la novedad sin importar los resultados. Todo esto se puede ver en una breve pero funcional participación de Rebecca Hall como la inescrupulosa representante del certamen que busca “cazar” nuevos talentos ofreciendo beneficios tempranos pero que a la larga desfavorecerán a los mismos artistas. En cuanto a los aspectos técnicos, resalta una atractiva fotografía de Autumn Durald (“The Sun is Also a Star”) que acompaña visualmente a la parte musical con una cuidada puesta en escena y una iluminación acorde a los sentidos números musicales. “Alcanzando tú Sueño” es un film sencillo y sin pretensiones que a pesar de transitar por varios convencionalismos de este tipo de historias que retratan el ascenso de los artistas, sale adelante por una interesante crítica del director a la industria y una sentida interpretación de Elle Fanning.
Alcanzando tu sueño: Un videoclip muy pintoresco. ¿Qué tanto se puede innovar en la idea narrativa de una adolescente queriendo ser cantante? Esa es una de las primeras preguntas que surgen al ver esta película, que nos ocuparemos de desglosar y analizar. ¿Es mejor que el montón? Alcanzando tu sueño es la traducción del nombre original de este film, Teen Spirit. Una película dirigida por el primerizo Max Minghella y protagonizada por Elle Fanning. La historia cuenta un momento específico de la adolescente Violet, aficionada al canto pero dentro de una familia que no ve su hobbie con buenos ojos. Es por eso que se dedica a cantar en bares a escondidas de su familia, hasta que un concurso de talentos llega a su ciudad y ella quiere poder participar. Esta historia, obviamente, resulta algo cliché en el momento que uno se para a analizarla, y durante el visionado es muy fácil ver para dónde va a ir la trama, o cómo va a terminar. Las pocas sorpresas están relacionadas más a decisiones narrativas poco construidas que a giros interesantes. Dentro de todo este camino arquetípico y previsible del film, hay que decir que hay pocos momentos específicamente malos o que no se dejen ver. La película, con una duración de hora y media aproximadamente, mantiene un nivel promedio durante todo el metraje. Es cierto que el nivel de calidad que mantiene es algo bajo y decepcionante, sobre todo con la presencia de una prometedora y habilidosa Elle Fanning, pero por otro lado, nunca te llega a sacar de la sala o a querer que termine. Si la película hubiera durado media hora más, el cantar probablemente hubiera sido muchísimo más negativo. La propuesta fotográfica es de las mejores cosas que tiene esta obra, con un juego de colores muy entretenido, y que sólo está en determinados momentos de la historia. Esto ayuda a que la pantalla no esté siempre saturada de esos colores de neón que aparecen en el póster, a la vez que le ayuda a los momentos importantes de la trama a ir más allá. Y es ahí donde, a pesar de la calidad visual, la película se tropieza con más fuerza. Sus momentos musicales, que por la naturaleza de la historia se imaginaran lo importantes que deberían ser, terminan siendo extremadamente olvidables. A pesar de tener una imagen colorida y con sombras marcadas, la elección de planos, el ritmo del montaje y los elementos de la puesta en escena son muy flojos. Ninguno de los elementos recién descritos transmite algo en absoluto, y en escenas donde su principal funcionamiento debería ser una especie de clímax narrativo, solo vemos a Elle Fanning cantando. Esto es probablemente uno de los mayores errores del film, generando momentos bastante anticlimáticos y poco interesantes. Esta estética de videoclip no sería un problema si toda la película girara alrededor de esa idea, pero cuando las canciones se van y aparece el conflicto dramático, su apuesta va más por el lado de lo solemne y supuestamente profundo. La pretensión del guion no ayuda a la historia en absoluto. Eso sí, Elle Fanning vuelve a destacarse en su papel, con una muy buena actuación y caracterización. Es cierto que la película no está tan mal como acaba de ser analizada. Es decir, se deja ver, no se hace larga y tiene actuaciones en un nivel interesante. El problema es que su indecisión sobre el potencial target del público provoca un choque de intenciones flojo y que ensucia el producto final. Por momentos parece querer transmitir una historia profunda y reflexiva, mientras que a veces su historia parece ser simplemente una adolescente cantando, siendo este último el que gana lamentablemente mayor peso en el tercer acto. Una imagen pintoresca y una idea interesante, que termina transmitiendo muy poco, pero al fin y al cabo, entreteniendo.
El Magnetismo de Elle Fanning. Crítica de “Alcanzando tu Sueño” de Max Minghella Ambientada en el mundo de la música pop, es una historia universalmente reconfortante acerca de crecer, de soñar en grande y de encontrar tu voz. Por Bruno Calabrese. Violet (Elle Fanning), una chica tranquila de 17 años que vive en la isla de Wight con su madre inmigrante polaca (Agnieszka Grochowska), un hermoso caballo y un iPod lleno de sueños lejanos, pasa la mayor parte de su tiempo libre trabajando en un restaurante lúgubre. y tratando de evitar a la chica mala que gobierna su escuela. Algunas noches, sin decírselo a nadie, se escabulle para cantar su corazón en un bar local para una pequeña audiencia de borrachos. Vlad (Zlatko Buric), una ex estrella de ópera y ex alcohólico se interesa por la chica. Cuando una competencia de canto tipo “American Idol” llamada “Teen Spirit” decide buscar talentos en la isla y realizar audiciones allí, Violet le pide a Vlad que la acompañeí, porque sabe que su madre nunca lo haría. Así comienza una carrera improbable que lleva a nuestra joven heroína hasta las brillantes luces de Londres. Resulta que Violet tiene una voz infernal, y Fanning también (las canciones son cantadas por ella). Ópera prima de Max Minghella (Nick Blaine de “Los Cuentos de la Criada” y la pequeña joya desconocida aca “Art School Confidential), un actor notable cuyo padre es el ganador del Óscar por “El Paciente Inglés”, Anthony Minghella. Acá sorprende imprimiéndole a la película un ritmo acelerado, cuya premisa básica es la emoción. En ese contexto poco parece importar los pocos detalles que sabemos sobre Vlad o lo poco que aprendemos sobre la relación de Violet con su madre. Incluso no profundiza sobre los jóvenes que forman parte de la banda de apoyo de ella (hay una especie de enamoramiento de uno de ellos con Violet que quedará en la nada). El director toma otro camino, cuya base para contarnos la historia es la música, en la que confía para llevarnos al mundo de Violet y sus sensaciones camino a la fama: verla golpear y gritar junto a “Just a Girl” de No Doubt en su habitación nos dice más sobre quién es y qué siente que cualquier cantidad de diálogo que pueda haber. Sobre todo cuando ella profesa algo totalmente diferente fuera del ámbito privado de su cuarto con su austeridad expresiva en la escuela. Una especie de “The Neon Demon” musical, “Alcanzando tu Sueño” es una historia que se ha repetido muchas veces en el cine, que se recicla con el paso del tiempo. Desde “Flashdance” hasta las más reciente “Nace un aestrella” muchas son las versiones que se han hecho sobre la fábula de la Cenicienta tímida de un pequeño pueblo que encuentra su voz y conquista al mundo, en este caso a través de un concurso televisivo al estilo “The Voice”. Más allá de la fórmula repetida, es la presencia de Elle Fanning la que nos envuelve (resulta que Violet tiene una voz infernal, y Fanning también ya que las canciones son cantadas por ella),un maremoto de energía envidiable arriba del escenario que contrasta con la languidez hipnótica que transmite al actuar. Puntaje: 75/100
Escrita y dirigida por Max Minghella la película relata la vida de Violet Valenski (Elle Fanning) una adolescente de 17 años que vive en la Isla de Wight, en el Reino Unido, en el campo junto a su madre Marla (Agnieszka Grochowska) de origen polaco, y sus animales. No sólo trabaja ahí sino como camarera en un bar de mala muerte en la que se da el gusto de ejercer su gran pasión de cantar de vez en cuando. Además va al colegio, donde no tiene muchos amigos, es bastante tímida o apática, quizás por su crianza o por el abandono de su padre. En una de esas noches un entusiasta espectador la aplaude y felicita y resulta ser un ex cantante de ópera muy famoso en su Croacia natal, Vladimir Brajkovic (Zlatko Buric). El mismo está distanciado de su única hija y es muy amigo de la bebida además de muy descuidado en su aspecto personal. De todas maneras, cuando el Concurso de Talentos “Teen Spirit” llega a la Isla y Violet se inscribe necesita un tutor al pasar a la siguiente etapa, recurre a Vlad porque tiene miedo de que su madre no la deje participar. Violet tiene una linda voz pero necesita trabajarla, practicar, aprender a respirar... para eso está Vlad que se convierte en su representante, previa charla con la madre de Violet. Luego de pasar varias etapas viajan a la final, que será transmitida a todo el país y ahí la esperan varios desafíos, conoce a quien le ofrece un contrato que puede cambiar su vida, la productora Jules (Rebeca Hall) aunque el mismo tiene algunas trampas. Todo lo que sigue es para ser visto por el espectador adolescente, a quienes va apuntado el film. Su camino a la fama es el típico, ya visto en tantas películas, pero no por eso deja de ser interesante. Las canciones son agradables, la belleza de Elle Fanning es descomunal y tiene todos los condimentos para pasar un momento agradable y entretenido, además de lo divertido que es espiar el backstage de estas producciones. El concurso probará si puede ser responsable, si tiene suficiente talento, integridad y ambición y las escenas entre Violet y Vlad son las más emotivas. Una Cenicienta moderna. ---> https://www.youtube.com/watch?v=GDTaFeVKhDo TITULO ORIGINAL: Teen Spirit DIRECCIÓN: Max Minghella. ACTORES: Elle Fanning, Rebecca Hall. GUION: Max Minghella. FOTOGRAFIA: Autumn Durald. MÚSICA: Marius De Vries. GENERO: Drama . ORIGEN: Reino Unido, Estados Unidos. DURACION: 92 Minutos CALIFICACION: No disponible por el momento DISTRIBUIDORA: Diamond Films FORMATOS: 2D. ESTRENO: 05 de Septiembre de 2019
"Alcanzando tu sueño", Teen Spirit su nombre original, marca el debut de director de Max Minghella (Handsmade Tale) donde vemos a una joven adolescente (Elle Fanning) que entra en una competencia televisada y que tal vez la ayude a salir de su monótona, y por que no, predestinada vida en una isla de las costas de Inglaterra. Si bien hay un montón de películas de este genero, mas o menos parecidas, algunas incluso animadas todas las que vi siempre tenían una chispa o "algo" a la hora de contarte algo. En esta historia me paso que no sentí nada, aburrimiento no es la palabra, pero es otra sensacion que trato de decir..........la película no me transmitió nada y eso se debe a Elle Fanning, si tenia emociones, la verdad que no se noto, por que parecería que cualquier noticia le daba igual, la cara solo demostraba una gran sensación de nada. Si vale la pena aclarar que Elle Fanning tiene dotes para cantar, en la cinta no se si es a propósito o no, pero la hacen sonar como amateur y eso es una de las pocas cosas que me gusto, la musica que se utilizo fue algo que me llamo la atencion, era musica un poco vieja, por decirlo de alguna forma, no hablo de temas de los ochenta, si no temas de 2010 / 2012, hubiera pensado que iban a utilizar temas mas "Actuales" por decirlo de alguna forma. El resto de la historia se podría decir que es mucho mas de lo mismo, mujer con talento para el canto en una ciudad, en este caso una isla, asumimos que pequeña atrapada en ella con una familia religiosa que trata de escapar a través de la música...........me suena conocido el rollo.
El camino hacia el éxito Alcanzando Tu Sueño (Teen Spirit, 2018) es una película musical dramática que constituye la ópera prima de Max Minghella (Nick Blaine en la serie de Hulu ganadora del premio Emmy The Handmaid’s Tale). Protagonizada por Elle Fanning, el reparto se completa con Zlatko Buric, Agnieszka Grochowska, Archie Madekwe, Rebecca Hall, Olive Gray, Millie Brady, entre otros. La cinta tuvo su premiere mundial en el Festival Internacional de Cine de Toronto. La historia se centra en Violet Valinsky (Elle Fanning), una adolescente de ascendencia polaca que vive con su madre en una pequeña granja de la isla de Wight, distrito unitario de Inglaterra. Apesadumbrada por la monotonía de su vida, Violet a veces canta en el bar donde trabaja de camarera aunque nadie le preste mucha atención. Cuando el programa televisivo Teen Spirit llegue a la isla para buscar nuevos talentos, Violet verá la oportunidad perfecta para demostrar de lo que es capaz con su voz. Con tintes de videoclip llega a la cartelera un filme ideal para los jóvenes que aman la música pop. Canciones de Ellie Goulding, Sigrid, Tegan and Sara, Owl City y Robyn se hacen presentes en esta historia que explota de adrenalina cada vez que Elle Fanning se sube a un escenario. Ya sabíamos que Fanning es una de las mejores actrices de su generación, de lo que no estábamos enterados es de que la joven estadounidense también tiene dotes para el canto. Espléndida y natural, Elle es el motivo por el que la cinta da resultado. Aunque su trasfondo familiar no tenga el desarrollo apropiado y algunas escenas (como la venta de un caballo) queden totalmente descolgadas, el personaje de Violet logra ser lo suficientemente fresco como para conectar con el espectador. Solitaria, callada y en su mundo, Violet nunca deja de ser auténtica por más que le cueste sacar al exterior sus verdaderas emociones. A su vez, es muy linda de ver la relación que construye la adolescente con el ex cantante de ópera Vlad (Zlatko Buric), el cual pasa a ser su mentor desde que la ve cantar en el bar. La película cuenta con una fotografía oscura que combina las luces de neón violetas de una forma muy hipnótica. No obstante en cuanto al contenido de la trama se pueden notar varios clichés o giros en el guión bastante beneficiosos para que la protagonista continúe en carrera. Lo acertado pasa más por el lado de las decisiones que toma Violet cuando se aleja de su pueblo natal. El director no teme mostrar a una chica que se equivoca pero que, a la vez, aprende de sus errores y demuestra todo su potencial arriba del escenario. Como un cuento de hadas moderno, Alcanzando Tu Sueño es tan pasatista como disfrutable. Quédense en los créditos ya que no solo hay más imágenes del futuro de Violet sino que pasan Wildflowers, una canción súper pegadiza escrita por Carly Rae Jepsen y Jack Antonoff.
Pop efímero Los realities show musicales son retratados en Alcanzando tu sueño (Teen Spirit, 2018), donde una adolescente busca triunfar en lo que realmente ama. "Hoy tu sueño es real" era una frase que resonaba en las radios allá por el 2001 de la mano de Bandana, un grupo de chicas surgido de Popstars. En este concurso televisivo podíamos visualizar el esfuerzo, fase tras fase, de cada una de las participantes hasta alcanzar su sueño de ser una ídola pop. Jodelle Ferland se pone en la piel de una joven soñadora que va a vivir las mil y una al presentarse en un show televisivo para ser la próxima estrella de la música. Opera prima del actor Max Minghella, Alcanzando tu sueño comienza como un leve susurro de sonidos decorosos en medio de la angustia. La música puede ser tu salvación, pero la autoexigencia puede conducirte a la detonación. Una especie de El Cisne Negro (Black Swan, 2010), obra en dónde el personaje de Natalie Portman dejaba todo por bailar, pero sin calorías, sin oscuridad, sin buenas actuaciones, pero con dulces intenciones. El pop asoma en casa escena. Una primera media hora brillante donde Violet (Elle Fanning) canta en un desolado bar y tan solo un hombre la ovaciona. Ambos entablan una relación de confidentes con la música como nexo y, de pronto, surge una revelación: este señor fue una figura de la ópera. Allí todo lo que parecería ser un camino estrepitoso y emocionante de Violet en el concurso televisivo, empieza a flaquear por querer abarcar muchos temas sin focalizar en lo que realmente importa que es el sueño de la protagonista. Con claras intenciones de mostrar las dos facetas de estos concursos (la alegría en el escenario y la explotación del show business detrás de bambalinas), Alcanzando tu sueño será una película que te hará pasar un buen rato tal como si estuvieras mirando un compilado de videoclips de bajo presupuesto. Es solo ese momento y te olvidarás. Esto resulta el colmo porque es lo que sucede con la mayoría de los soñadores de este tipo de show: una fama efímera víctima de la voracidad de la televisión y los negocios.
Para su debut como director, el actor Max Minghella elige honrar los orígenes de su padre, el célebre director de El paciente inglés, nacido y criado en la isla de Wight. Es en ese territorio frente a las costas británicas, anclado en un presente atemporal de camperas coloridas, iPod y concursos televisivos, donde la joven Violette (la siempre luminosa Elle Fanning) transita su solitaria adolescencia. Pero como Minghella combina los recuerdos familiares con el cuento de hadas, su heroína encuentra el mejor refugio en la música, esa que la preserva de las chicas malas del colegio y el arduo trabajo del fin de semana. Más allá de algunas caprichosas concesiones al refuerzo de la fábula -una madre que se opone a toda libertad, una villana de taco aguja que esgrime la tentación-, el mérito de Minghella es el ingenioso trabajo para dar vida al mundo interior de su personaje, cuya expresión no es solo la música, sino la permanente explosión del color. La deslumbrante textura de la película, no solo en las secuencias musicales, sino en las instancias de dolorosa introspección, revela que se trata menos de convertirse en una estrella que de descubrir la verdadera intensidad de una pasión. Por ello Fanning es perfecta, con esa quieta emoción con la que persigue cada logro: porque lo importante no es la consagración de un indiscutido talento -como lo era en Nace una estrella-, sino la revelación de la fuerza que lo impulsa.
Elle Fanning enamora a la cámara y deslumbra como Violet, la participante de un reality que encuentra en la confidencia con un ex cantante de ópera la necesaria fuerza para avanzar en un mundo cruel, con sus leyes, necesidades, y respuestas a un mercado saturado y que de la explosión y la alegría en la pantalla, se pasa al dolor del backstage en donde la ley del más fuerte impera.
De todos los géneros y subgéneros existentes, es curiosa la elección del actor Max Minghella para su debut como director. Mayormente conocido por sus roles dramáticos (el último, el amable Nick en The Handmaid’s Tale, el próximo, una víctima más en los juegos de Jigsaw en la nueva Saw), Max es hijo del fallecido director Anthony Minghella (las laureadas The English Patient, The Talented Mr. Ripley, Cold Mountain) por lo cual muchos esperaban que siguiese sus pasos en la materia. Lo cierto es que el joven actor se decantó por el drama musical, y narra las aspiraciones de una jovencita que pretende batallar contra lo imposible para cumplir su sueño de cantar. Con un guion de su propia autoría, Minghella firma con Teen Spirit una historia de superación que ya hemos visto antes, pero con un envoltorio pop y chicloso que la favorece.
Ilusión adolescente sin límites. El actor británico devenido director Max Minghella nos presenta su ópera prima, Alcanzando tu sueño (Teen spirit), basada en su propio guion. La trama gira en torno a una adolescente de 17 años, Violet (Elle Fanning), que quiere dejar su pueblo de la Isla de Wight (Reino Unido), donde lleva una vida triste y rutinaria, para triunfar en el mundo de la música como cantante, su máxima pasión y vocación. Además de asistir al colegio secundario y realizar las tareas de la granja familiar, Violet trabaja los fines de semana como camarera y canta en un local nocturno de cuarta categoría ante una mínima audiencia. Allí la ve Vlad (Zlatko Buric), un hombre extraño, de origen croata, ex cantante de ópera, que alaba las condiciones de Violet y se termina convirtiendo en su manager y tutor cuando la joven se inscribe en un concurso televisivo —llamado Teen spirit— donde se elegirá a la nueva figura joven de la canción del país. Si bien el tema tratado es remanido y fue abordado en numerosas ocasiones por el cine a través de películas que en muchos casos se convirtieron en verdaderos clásicos, Alcanzando tu sueño tiene su atractivo, cimentado en el acertado desarrollo de los personajes y en las actuaciones. El filme mantiene el interés del espectador cuando muestra la conflictiva relación entre Violet y su madre María (Agnieszka Grochowska), quien al principio se opone a que su hija se vuelque al mundo artístico pero luego va cediendo a los deseos de la adolescente. O cuando vemos el vínculo fraternal, de mentor y discípula, de padre e hija que se produce entre Vlad y Violet aunque también tiene sus momentos álgidos como todo lazo humano. Asimismo, la película dedica un párrafo a las miserias del show business, retratadas en el personaje de Jules (Rebecca Hall), la manipuladora productora del concurso televisivo que pretende que Violet firme un contrato con condiciones leoninas. Elle Fanning cumple una labor notable como esa adolescente solitaria y parca que sabe lo que quiere y lucha para conseguirlo con decisión y firmeza frente a todos los obstáculos. Deslumbra con su carisma, magnetismo y también con su voz, ya que varias de las canciones del soundtrack son interpretadas por ella. Por su parte, Zlatko Buric, con su mirada profunda y triste, y su economía de gestos compone a un Vlad nostalgioso, alcohólico, sin rumbo, dolido por estar distanciado de su hija, que le encuentra un sentido a su vida desde que conoce a Violet. La química entre ambos logra escenas enternecedoras que calan hondo en el espectador. También son valiosos los trabajos de Agnieszka Grochowska como esa madre rigurosa y distante que luego toma otra actitud frente al sueño de su hija, y de Rebecca Hall, la productora con modos elegantes y refinados, y una sonrisa maléfica que lo dice todo. En síntesis, la película no tiene mayores pretensiones, se propone contar una historia simple, un poco trillada, pero la cuenta bien y con satisfactorias actuaciones. Aunque en algunos tramos se torna previsible y lineal, consigue atraer al espectador a partir de unos personajes correctamente elaborados y verosímiles. Elle Fanning, con sus apenas 21 años, se pone el film al hombro y sale airosa de tal desafío.
Nos comienza contando la vida de Violett una chica que vive junto a su madre polaca, solamente las dos sin más compañía que las que se brindan entre ellas, viviendo su día a día sin más atravesándolos como pueden sin presentar demasiado lujos ni posesiones. Al pasar el tiempo se puede vislumbrar que la misma protagonista por más que nada extraño ni malintencionado ocurre de todas formas no se siente a gusto con su presente, siempre realizando las cosas de manera rutinaria y sin esperanzas de nada bueno en su vida que le provoque felicidad, por lo que casualmente en el pueblo en el que ella vive, de un momento a otro se anuncian nuevas visitas proveniente de un Reality Show llamado Teen Spiritt. El mismo se basa en nada más que eso, un show de cazatalentos buscando jóvenes que amen y sepan cantar para así brindarles la oportunidad de sus vidas modificándolas por completo. Y siendo que justamente a nuestra chica eso es todo lo que le interesa en la vida, es su pasión y por lo que se desvive, inmediatamente llama su atención. Durante los inicios me sentí atrapada por la historia que se estaba presentado, dirigiéndola y llevándola por un rumbo que a mi parecer me simpatizó mucho sabiendo mostrar las distintas características de nuestra protagonista. Primero nos dio a entender que la música es su escape de la realidad en la que ella siente que se encuentra apresada y sin salida, haciéndonos notar que es la única parte de gozo o disfrute que atesora más, siendo la misma su cable a tierra. Inmediatamente nos revela su lado temeroso pero tan ansiado cuando llega el momento de probar su valía frente a todo el resto de las personas. Y es a partir de este momento cuando saliendo de lo conocido y lo que siempre la rodeó es que se encuentra en un nuevo mundo que dista totalmente de sus creencias y comportamientos, por lo que tendrá que revisar muchísimas cuestiones acerca de sus valores, intereses y por sobretodo ser fiel a sí misma para poder comprender y saberse capaz de mantenerse dentro de este mundo si es que tanto lo anhela. Esta situación se logra completamente a causa de la buena interpretación de la protagonista, ya que fue muy buena, su papel estuvo muy bien logrado pudiendo demostrar las distintas facetas durante las situaciones que se le fueron presentado, consiguiendo destacarse por sobre el resto de las personas que la acompañaban, siendo que muchas veces Elle Fanning es la que salva la película realmente haciéndose notar. Y en todo momento también como es de esperarse ya que todo se centraba y giraba en torno a la música, cumplió su cometido porque acompañó de manera muy fiel y acertada durante toda la presentación. Por momentos se exhibían canciones que inmediatamente reconocías, como también nuevos ritmos, pero que de igual forma lograban agradarte. Pero luego de un tiempo cuando la historia avanzó más allá de lo esperado se terminó convirtiendo en una más, la emoción o ese ingrediente que tenía al comienzo se desvaneció y perdió fuerzas desviándola por un camino distinto. Si bien era para demostrar la realidad de lo que sucede en esa clase de realitys y que los cabecillas de toda esta situación solamente se interesan por ellos mismos, la propuesta realizada finalmente termina cayendo en lugares ya conocidos sin nada innovador que aporte material nuevo o interesante siendo una película más del montón.
De entrada todo se presenta como una historia visitada demasiadas veces, ver como “nace una estrella” es un recurso usado para la política, el deporte, los actores, los cantantes y sigue la lista que se puebla de infinitas películas. La cuestión es cómo se aborda el tema. En este caso con la dirección y guión de Max Minghella (si, el enamorado guardián de “El cuento de la criada”, el hijo del famoso Anthony Minghella) el film tiene aciertos y puntos flojos. Entre sus aciertos es ubicar la acción con inmigrantes de primera y segunda generación. La protagonista es hija de una mujer polaca, su mentor y representante un croata. Esa primera parte de la chica trabajadora y frustrada que canta en el coro de la iglesia y en un bar para borrachos, donde uno es capaz de descubrir su talento, está mejor contada que la segunda parte. Un concurso similar a Britain´s got Talent o American Idol donde el realizador le da más importancia a los números musicales que a las miserias que rodean esos concursos donde los humanos son tan fácilmente engañados y descartables. Pero igual le escapa lo mejor posible al cliché. El gran plus de la película es su protagonista, Elle Fannning capaz de aportar todos los matices de la frustración y la timidez, del dolor profundo de una adolescente desencantada. Que canta sus canciones con una gran sensibilidad. Y transmite con emoción todo lo que necesita su personaje, hasta transformarlo en memorable.
El sueño te alcanza Atrapada en un pequeño pueblo con una madre religiosa que a duras penas logra mantener en pie la granja donde viven, Violet (Elle Fanning) es muy tímida pero sueña con cantar y ser una estrella para lograr construirse una vida que le sea propia. A escondidas de una madre, quien necesita que trabaje para ayudar en la economía hogareña, consigue la ayuda de un cantante de ópera retirado para presentarse en Teen Spirit, popular programa de televisión que recorre el país buscando jóvenes talentos para hacerlos competir para el entretenimiento del público. Paso a paso y sin gran esfuerzo va superando cada etapa del programa, acercándose así a la fama. En este sueño idílico que alguien de Disney puede haber rechazado por empalagoso, todo se resuelve con mágica facilidad para Violet mientras asciende por un mundo donde la competencia y los intereses económicos parecen no existir. Su único obstáculo es la resistencia de su madre a aceptar que persiga una carrera artística, pero ella cambia de idea en minutos y la deja marcharse a otra ciudad con un hombre que acaban de conocer y del que no saben nada, salvo que presenta serios indicios de tener problemas con el alcohol. La reseña de esta película podría hacerse viendo únicamente el trailer, sin necesidad de invertir la hora y media que dura aunque se sientan como más de dos. Es así de chata y remanida como suena, sin ningún giro en la narración que vuelva interesantes a los personajes o que les ponga algún obstáculo en el camino. Eso en cuanto a los principales, porque el resto del elenco es parte de la ambientación: su banda, sus competidores, y hasta la gente que organiza el programa ni siquiera necesitan tener nombres y son irrelevantes en todo aspecto. Esto hace que la película sea poco más que una serie de videoclips intercalados con una trama que ni siquiera intenta contar nada. Y estoy siendo generoso, porque escarbar un poco en su discurso revela rápidamente que Alcanzando tu Sueño enarbola un personaje que no hace ningún esfuerzo por llegar a donde quiere, pero que igualmente logra imponerse por sobre otra gente que claramente dedicó mucho más tiempo y trabajo para ganarse ese lugar. Uno creería entonces que se debe a cuestiones extra artísticas como su imagen y popularidad, pero es algo que nunca se toca en esta historia donde hasta los ejecutivos parecen buena gente. Es la clase de películas adolescentes que una discográfica financia para impulsar o hasta inventar la carrera musical de su última estrellita manufacturada, pero ni siquiera parecería ser el caso de Alcanzando tu Sueño,porque aunque es la voz de Elle Fanning la que se escucha en la película, ella no ha dado señales de querer desviarse de su carrera como actriz.
Sensación de guerra constante Esta historia de ascenso profesional de una jovencita no es nada nuevo, pero la eleva la actuación de Elle Fanning. Es probable que el nombre de Max Minghella resuene en quienes hayan visto La red social o, más cerca en el tiempo, la serie The Handmaid's Tale. El actor británico, hijo del fallecido director Anthony Minghella (El paciente inglés, El talentoso Mr. Ripley), se sienta por primera vez en la silla plegable para esta película igual a tantas otras. Incluso la genérica traducción iberoamericana del título original invita a la confusión, a reforzar la certeza de que esta historia sobre el tortuoso ascenso profesional de una jovencita talentosa con la forma de cuento de hadas ha sido vista unas cuantas veces antes. Minghella sabe que con Alcanzando tu sueño no está descubriendo la pólvora y por lo tanto se dedica a encuadrarse detrás de ese largo linaje previo -no parece casual que en un momento se escuchen los acordes de la canción de Flashdance- , revisitando las postas habituales de este tipo de relatos con seguridad y solvencia, aunque con una estilización visual no siempre pertinente. Sus principales sostenes son un aura proletaria con ecos del cine social de Ken Loach y, sobre todo, el enorme trabajo de Elle Fanning, que canta igual que como actúa: bárbaro. La nenita de Súper 8 interpreta a Violet, una adolescente de 17 años que vive junto a su madre en la siempre nublada Isla de Wright. No hay dinero para lujos en esa casa familiar de inmigrantes polacos -un detalle con nulo peso dramático-, sostenida como se puede ante la ausencia paterna, y su vida no ofrece demasiadas alternativas más allá de cuidar a los animales de la granja, formar parte del coro de la iglesia, cantar temas melancos en un karaoke de mala muerte y sentarse día tras día en el pupitre del colegio junto a un grupo de compañeros a los que no soporta. Gran parte de esa información proviene de una larga secuencia de presentación cuyo estilo visual remite invariablemente al de los videoclips pop modernos, mientras de fondo suenan varios temas pegadizos que no hacen más que encender las primeras luces de alerta ante lo que vendrá. Hay una tensión constante entre el tono sin estridencias adoptado por Minghella, y esas explosiones de colores y efectos visuales que se volverán más regulares a medida que avance el metraje, como si el director no terminara de decidirse si observar a distancia o usar la mirada de Violet como punto de vista del relato. La gran oportunidad llega cuando el reality show musical Teen Spirit anuncia un casting en la isla al que va acompañada por un excantante de ópera croata (¡!) venido a menos que hace las veces de sparring artístico y entrenador. ¿Sparring? Por qué no, si a fin de cuentas Alcanzando tu sueño es deudora de la estructura de las películas deportivas, con la clásica secuencia de montaje del entrenamiento incluida. Lentamente, la chica irá venciendo rivales cada vez mejores, hasta llegar a una final cuyo resultado es fácilmente presumible. Pero Alcanzando tu sueño se deja ver no es tanto por lo que cuenta como por a través de quien lo hace. Si bien Fanning -siempre lánguida, siempre melancólica- está habituada a moverse en un registro gestual austero e implosivo, aquí le suma una sensación de guerra constante. Una guerra contra sus rivales, es cierto, aunque también contra el tedio de una vida que podría dar una vuelta de campana radical. Gane o pierda, el camino a la adultez recién comienza.
La primera película del actor Max Minghella (“La red social”, “Cuernos”, “The handmaid’s tale”) detrás de cámaras es una historia contada ya muchas veces. “Alcanzando tu sueño” tiene como protagonista a Violet, una joven que vive en un pueblo rural, tímida y sin amigos que utiliza su tiempo libre trabajando para poder ayudar a su madre en la casa. Pero también ama y disfruta mucho de la música y canta en un bar donde nadie le presta atención. Hasta que un hombre, de apariencia robusta y descuidada, la aplaude. Cuando en su escuela aparece gente de un famoso programa de televisión que busca talentos, Violet se anota pero al ser menor necesita un mayor que la acompañe. Aquella noche en que aquel hombre la aplaude también la termina alcanzando a su casa y, más allá de lo extraño que podría ser la situación, su presencia cálida le hace saber que puede confiar en él. Pronto descubre que hace mucho tiempo fue un reconocido cantante de ópera. El film tomará un rumbo siempre predecible. Una joven de origen humilde que tiene la oportunidad de su vida y podría convertirse en la gran estrella que siempre soñó ser, con viaje incluido a la ciudad que le hace saborear de manera precipitada e intensa ese mundo tan deseado como temido. Con una buena selección de canciones pop y una interpretación siempre notable de la joven Elle Fanning (actriz que supo llevar una carrera mucho más interesante que la de su hermana Dakota), la película de Minghella no cuenta con muchas virtudes. Se podría rescatar que en ciertos momentos elige ser narrativamente económico y nos evita asistir a otras escenas comunes de este tipo de películas (como sucede al final). Dentro de tanta fórmula aplicada, por momentos consigue ser más sutil escapándole a los subrayados. Por ejemplo, incluso el concurso musical suele estar siempre en un segundo plano porque lo principal es lo que vive esta adolescente. Aun así gran parte del relato no consigue transmitir demasiado. En general, “Alcanzando tu sueño” resulta en un drama algo soso y muy predecible, incluso poco ambicioso (esto podría ser un punto a favor, menos es más). Lo más interesante radica en la relación de su protagonista con ese hombre tosco que le demuestra lo que tanto necesitaba: que cree en ella y en su talento.
La adolescencia, la música y el talento juvenil se están estableciendo como los temas más abordados por la cinematografía actual. A24 suele ofrecer muy buenos productos, y luego están otras productoras que intentan imitarlo sin demasiado éxito. “Teen Spirit” (en Argentina “Alcanzando tu sueño”) entra en esa segunda vertiente. El debut como director del joven actor y guionista, Max Minghella, está acompañado por el protagonismo de la talentosa Elle Fanning (próxima a estrenar también una película dirigida por Woody Allen). En “Alcanzando tu sueño”, Violet, una adolescente que vive en una isla de Inglaterra y sueña con transformarse algún día en una cantante de pop, se inscribe en un concurso de televisión: Teen Spirit. Con la ayuda de su mentor, Vlad, una antigua leyenda de la ópera, intentara obtener el premio. La película es pura fórmula. Un ejercicio de esteticismo gratuito con personajes demasiado chatos, escritos sobre estereotipos vistos una y mil veces en otras producciones. Max Minghella parece no saber las diferencias entre una película y un videoclip, entonces en “Alcanzando tu sueño” nos encontramos con una sucesión de escenas musicales con luces de neón, slow motion y despilfarro de canciones muy populares, que van empujando la narración hacia límites preocupantes. Elle Fanning lo hace muy bien, pero el problema es que el film nunca le llega a dar a los personajes algo más de volumen. Sabemos muy pocas cosas de ellos como para que nos puedan interesar, y la cinta se conforma rápidamente con ser un manual básico sobre el sueño de ser una estrella y los peligros que ello conlleva. Al final, cuando ya uno esta resignado por lo que vio, no queda otra opción que relajarse y dejarse llevar por esta recopilación de grandes hits de la música pop actual. Nada luce demasiado orgánico acá. Una película pasajera, olvidable y sin espíritu combativo contra el sistema musical. No hay de qué preocuparse en ese sistema de felicidad. Un debut que tropieza en sus abusos.
Hay películas que resplandecen sin necesidad de ser perfectas, películas que brillan gracias al magnetismo fotogénico de sus actores y actrices, películas que marcan la diferencia con escenas epifánicas, con breves momentos copados. Este es el caso de Alcanzando tu sueño (insólita traducción de Teen Spirit), la ópera prima de Max Minghella protagonizada por Elle Fanning, a quien ya se puede considerar la actriz más prolífica de su generación (tiene 21 años y cuenta con más de 40 películas). En la línea de historias de superación personal a lo Flashdance, el filme escrito y dirigido por Minghella pone el foco en Violet (Fanning), una adolescente tímida y solitaria de la Isla de Wight (Inglaterra) que sueña con participar en un concurso de canto llamado Teen Spirit para salir de la malaria familiar en la que vive (madre abandonada por su padre, rutina campestre, trabajos nocturnos sacrificados). He ahí un mundo y una clase social, he ahí el primer acierto de Minghella. Violet se escapa del bar en el que trabaja por las noches para ir a cantar a un antro al que acuden borrachines de toda laya. Es el único momento en el que la joven puede hacer lo que le gusta. En una de esas noches, un señor entrado en años, grandulón y con aspecto poco confiable, la espera a la salida del pub y la felicita por la voz que tiene, en una escena decisiva. Minghella presenta a los dos personajes con una economía narrativa sorprendente. La joven y el viejo son dos marginados, dos desplazados que aún no pierden las esperanzas. Ella, de hacer realidad su sueño de convertirse en cantante pop; él, de tener una segunda oportunidad en la vida. Violet se presenta a la primera audición y la gana. Pero para la segunda necesita un tutor. La joven sabe que su madre no aceptará acompañarla. Y es ahí cuando Violet le pide a Vlad (Zlatko Buric), que es un excantante de ópera croata hundido en el alcohol, que se haga pasar por su tutor. Vlad acepta, pero con una condición: si gana el concurso, él será su representante. La de Alcanzando tu sueño podrá ser una historia trillada, llena de lugares comunes y liviandades predecibles en el guion, pero tiene algo que la hace singular: el encanto embelesador de su protagonista, su capacidad para cantar, para bailar, para moverse en el escenario con la prestancia de una adolescente inocente con muchos sueños por delante, con mucha energía, con mucha vitalidad. La puesta en escena es acertada. La película está armada como si fuera una sucesión de videoclips. Minghella se da cuenta de que tiene una actriz poderosa y portentosa, que acapara el plano con solo una sonrisa, y cuyo fulgor no puede desaprovechar. Prometedor debut el de Minghella, que demuestra talento para manejar los lugares comunes del género y conocimiento de la tradición en la que se inscribe. En los momentos en los que Elle Fanning canta, el filme cobra fuerza y singularidad. Fotografía llamativa, repertorio pop adictivo y actriz eficiente dan como resultado una de esas pequeñas películas en apariencia insignificantes pero con un corazón enorme, que hacen el bien y que, al hacerlo, nos mejoran.
Esta ópera prima del actor Max Minghellla (hijo del fallecido cineasta Anthony Minghella, el de “El paciente inglés”) es una especie de versión pop de la Cenicienta, con Elle Fanning como una chica de clase media baja que vive en la desolada Isla de Wight y trata de cantar en la iglesia y en un pub con karaoke. Pero, de golpe, decide ser famosa y entrar en un programa televisivo de talentos, “Teen Spirit”, y para eso toma como manager a un tipo decadente que asegura haber sido un famoso astro en la ópera europea. La historia es un catálogo de lugares comunes, pero al menos modera los toques melodramáticos y se concentra en los números musicales, sin duda lo mejor del film junto a la carismática actuación de Fanning. “Teen Spirit” es una de esas películas pensadas para vender discos, y en este caso el soundtrack es realmente bueno, con temas de artistas como Orbital, Katy Perry, No Doubt, Aqua, coordinados por Marius De Vries, y en muchos casos cantados por la protagonista, que desde luego debió ser doblada por una cantante lirica en una escena operística.
Fórmula pop y drama adolescente Alcanzando tu sueño (Teen Spirit, 2018) representa el primer largometraje del actor devenido a director Max Minghella. En él nos encontramos con Violet (Ellie Faning), una adolescente que vive con su madre Marla (Agnieszka Grochowska) en una casa de campo de la Isla de Wight. Fascinada por la música, Violet dedica gran parte de su tiempo a subir al escenario de un pub de carretera donde conocerá a Vlad (Zlatko Burie), un cantante de ópera retirado que, con el paso de los días, se convertirá en su mentor y será quien la ayude a cumplir su sueño en el duro camino a la fama. A lo largo las décadas, Hollywood nos ha contado este cuento infinitas veces, pero el encanto de Elle Fanning es uno de los puntos fuertes en esta narración. En ella se apoya toda la historia y gracias a ella es que su argumento no queda estancado en los momentos que la fórmula comienza a desgastarse. Muchas veces recorrimos el ascenso, la caída y el resurgimiento de los ídolos, pero esta vez y gracias a su protagonista, no nos resulta imposible de terminar de ver, sumado a que el largometraje es una propuesta muy llamativa visualmente, digno de un videoclip de hora y media, y si a todo lo mencionado, le sumamos que cuenta con soundtrack muy correcto, tanto en canciones originales como en clásicos y no tan clásicos de la cultura pop, podemos decir que estamos ante una película decente que podría disfrutarse tranquilamente en la pantalla grande. La ópera prima de Max Minghella no es una obra maestra, pero tampoco es lo que busca y allí radica su encanto. Alcanzando tu sueño es una historia de tortuoso ascenso a la fama, simple y sin grandes pretensiones, pero contada de una manera tierna y sutil.
El actor Max Minghella, conocido por la serie The Handmaid’s Tale y The Mindy Project, debuta como director con Alcanzando tu sueño protagonizada por Elle Fanning. Fanning interpreta a Violet, una adolescente polaca que vive en la isla de Wight, en Inglaterra, con su madre, después de que su padre se fuera de la casa. Ambas mujeres trabajan en el campo y en otras actividades, mientras Violet sueña con salir de allí y lograr un éxito en el mundo de la música. En un encuentro fortuito conoce a Vlad, un ex cantante de ópera que vive la mayor parte de sus días borracho. Ella le pide ayuda para inscribirse en un concurso de canto llamado Teen Spirit y él acepta ser su manager. Las exigencias del certamen y los conflictos internos de una adolescente son lo que lleva adelante gran parte de la historia de Alcanzando tu sueño. Pero mientras que el film no cuenta nada nuevo en este terreno, sí logra convencer al espectador sobre el personaje de Violet. Esta chica campesina que quiere triunfar pero tampoco vive en un sueño de hadas. La persigue el pasado de un padre abandónico y también la necesidad de la figura de Vlad. Minghella, quien también escribió la historia, detalla, sin caer en el sentimentalismo, que las estrellas también son humanas. Se queda con los inicios de esta nueva figura del pop y no avanza más allá de eso. Revela también, aunque sea a groso modo, las manipulaciones en los concursos de baile y canto. Y la canción habla un poco de no perder la esencia o tus raíces. Alcanzando tu sueño tiene un personaje bien definido que principalmente funciona gracias a la actuación de Elle Fanning que, sin mucho esfuerzo, nos hace creer completamente en la historia.
“Alcanzando tu sueño”, de Max Minghella Por Jorge Bernárdez Elle Fanning es Violette Valensky vive con su madre polaca en la isla de Wright, que forma parte del Reino Unido y de la que todos los jóvenes quieren irse, por eso cuando la producción del reality “Alcanzarás tu sueño” anuncia que pasará por un par de días para elegir jóvenes cantantes que competirán por ser estrellas en el mundo de la canción todos los jóvenes de la isla capaces de cantar se preparan para la visita. Violettte canta en el coro del colegio pero siente que su arte es por encima de la media de los jóvenes de la isla y se presenta varias a noches a la semana en un pub de mala muerte, cuando deja de trabajar de moza en un restaurante no mucho mejor que el pub donde canta. Una noche un cliente del pub, algo sucio y desprolijo, se le acerca para adularla y decirle que le gusta como canta pero la chica pueblerina se asusta y lo ignora. Pero el desconocido maloliente y sospechoso termina acompañando a Violette ante la producción del programa. El desconocido resulta ser un cantante de opera retirado, que le viene bien a Violette como consejero ante la posible carrera artística que a medida que pasa la película, Violette parece dispuesta a llevar adelante. El director Max Minghella es el hijo del gran Anthony Minghella (El talentoso Sr. Ripley, Cold Mountain, El paciente inglé) y logra darle el tono justo a una historia un poco trillada, que no escatima lugares comunes en el camino a la fama de Violette y las trampas que aparecen en el camino de la incipiente artista. La gran atracción de la película es Elle fanning, cuya labor por momentos es magnética. Alcanzarás tu sueño es apenas correcta pero así y todo, se puede ver sin sentirse estafado y disfrutando de una actriz que ya no es una promesa y que se puede hacer cargo de un papel protagónico sin problemas. No hay mucho más pero en un panorama donde los tanques de Hollywood se han vuelto un lugar común en la cartelera, así que si una película se asume como un poco menor y sin grandes ambiciones, se vuelve simpática y fácil de ver. ALCANZANDO TU SUEÑO Teen Spirit. Estados Unidos/Reino Unido, 2018. Dirección y Guión: Max Minghella. Intérpretes: Elle Fanning, Zlatko Buric, Agnieszka Grochowska, Rebecca Hall, Archie Madekwe, Millie Brady, Vivian Oparah, Ria Zmitrowicz, John Locke, Marius De Vries. Producción: Fred Berger. Distribuidora: Diamond Films. Duración: 93 minutos.
"Alcanzando tu Sueño" es una película musical-dramatica guionada y dirigida por Max Minghella. Cuenta la historia de Violet, una adolescente tímida que vive en la Isla de Wight y sueña con triunfar en la música como una forma de escapar de su pequeño pueblo y de su traumática vida familiar. Con la ayuda de un mentor, participará en un concurso internacional de canto donde pondrá a prueba su integridad, talento y ambición. "Alcanzando tu Sueño" quizás llegue a ser una típica película de autosuperación que puede gustarle a la mayoría de los jóvenes. Esto es porque en el transcurso del film hay muchos clichés que solamente cumplen un rol y no acompañan al resto de la historia. Un claro ejemplo de esto son las escenas o partes descolgadas en dónde Violet (Ellen Falling) tiene pequeños enfrentamientos con su familia pero no llega a ser más que eso, carece de un trasfondo mayor y lo que sucede no aporta demasiado. La película cuenta con una fotografía oscura que combina las luces de neón violetas de una forma muy hipnótica. No obstante, en cuanto al contenido de la trama se pueden notar giros en el guión bastante beneficiosos para que la protagonista continúe en carrera y no se pierda rápidamente el hilo conductor. Igualmente la cinta parece lograr su cometido. Es una película juvenil un tanto oscura pero muy agradable de ver y disfrutar. Por Keila Ayala
En la Isla de Wight, Reino Unido, una adolescente de origen polaco canta en bares de mala muerte sólo para salir de su aburrida cotidianeidad. Escondiendo su pasión, Violet no quiere resignarse a la vida monótona y estricta que le impone su madre. Una noche conoce a Vlad, un ex cantante de ópera croata quien la acompañará al casting de “Teen Spirit”, el concurso de talentos que por primera vez llega a la isla. De allí, el camino a la fama de Violet será meteórico pero cargado de golpes y aprendizajes a la fuerza.
La trama de Teen spirit es una que ya se vio mil veces. Joven tímida en un ambiente no propicio para desarrollar su talento se mete en un concurso para convertirse en la nueva estrella pop. Por supuesto esto no tiene nada de malo, hubo miles de casos de películas y hasta shows que trabajaron esto con resultados increíbles. Teen spirit es la contra de muchas de esas películas que al fin y al cabo sabían lo que eran, conocían sus limitaciones y sabían trabajar con ellas. La ópera prima del actor Max Minghella (The social network, Horns) es una de esas producciones indies que tratan de esconder, mediante una producción aparatosa, que se trata de una historia más del montón. Si a eso se le suma una apática Elle Fanning el resultado no es muy alentador. Y eso que la actriz, hermana de la más talentosa Dakota, no suele dar malas actuaciones, pero tampoco tiene el suficiente carisma como para que nos importe las aventuras de esta adolescente en un contexto rigurosamente religioso. Fanning ha dado anteriormente personajes adolescentes conflictivos muy interesantes pero estos estaban incrustados en propuestas que exigían ese tono, acá ya se empieza a ver signos de cansancio en una actriz que da para mucho más. Lo interesante, hasta ahí nomás, son unos pequeños videos musicales que sirven para hacer avanzar a la trama y que son los momentos en donde Minghella pone en la mesa sus mejores ideas de puesta en escena ayudado por el director de fotografía Autumm Durald. Son pequeños destellos que hacen llevadera una trama que despierta poca empatía. No es que sean excelentes (cualquier director de videoclips musicales podría hacer algo mucho mejor) pero la mezcla entre las canciones cantada por Elle Fanning de éxitos conocidos por todos (ahí suena No doubt, Katy Perry, Ariana Grande entre muchas más) y las imágenes son una idea más que bienvenida. El resto del reparto acompaña y pone su profesionalidad al servicio de las decisiones del director. Por ahí deambula una olvidada Rebecca Hall y Zlatko Buric un poco mejor predispuesto para esta producción. Teen Spirit no genera nada nuevo a pesar de contar con algunos buenos momentos, más que nada musicales, que son lo más valiosos de esta propuesta. Tampoco se le puede negar talento a Max Minghella pero como reza el dicho, tiempo al tiempo. Valoración: Regular.
Violet (Elle Fanning) tiene una gran vocación y talento para desarrollarla, pero los impedimentos abundan. Todavía es menor de edad, estudia en el colegio secundario, vive con su madre María (Agnieszka Grochowska), en el interior de una isla del Reino Unido, en la que ayuda con las tareas diarias de una granja, pues su padre las abandonó cuando era chica. No están bien económicamente, y también debe trabajar de mesera y, por si fuese poco, María es respetuosa de la religión y esos preceptos se los inculca a su hija, de modo que los enfrentamientos diarios son habituales. El único lugar que tiene para sí misma la protagonista, donde se siente cómoda y puede hacer lo que más le gusta, es un bar con mesas y un escenario al que se sube alguna noche para cantar a unas pocas personas. Uno de los espectadores es Vlad (Zlatko Buric), quien fue en su país natal un importante cantor de ópera. Él está viejo, retirado, abandonado, y le gusta beber alcohol, pero se convertirá en su mentor y la alentará en el camino de perseguir su sueño, dentro de un concurso muy importante de canto y baile Max Minghella escribió y dirigió esta película con una temática abordada en innumerables ocasiones. Aquí lo importante es ver cómo y de qué manera se la cuenta para no repetirse ni copiarse. Y, pese a que redunda en cuestiones como ser que una chica pobre, circunspecta, sin contactos o influencias, con oposición familiar, puede lograr lo que se propone, el film se distingue por la compaginación, iluminación, arte y, por supuesto, mucha música, cuando las escenas lo ameritan son más o menos saturadas de color y sonido, que es el modo buscado por el director para manifestar y resaltar los estados de ánimo, conflictos, dudas, frustraciones, etc., que suceden dentro de un relato básico y convencional. La estructura del guión respeta las principales reglas narrativas tan necesarias en estos casos para que la historia avance hacia un final deseado. Dentro de todo, podríamos decir que Violet tuvo suerte en que los golpes de la vida le enseñaron a sobreponerse, como así también que alguien la descubra y sea su guía en muchos sentidos. Porque sólo con tener talento no alcanza, es necesario que den una oportunidad para poder demostrarlo. y ella la tuvo. A partir del concurso, el futuro la espera con las puertas abiertas.
El debut como director del actor Max Minghella (hijo del director Anthony) se centra en la historia de una chica (Elle Fanning) bastante solitaria que vive y trabaja en una zona rural de Wight, en Inglaterra. Pero las durezas de su vida cotidiana tienen una vía de escape en el canto y la música, que escucha todo el tiempo en sus auriculares. Un día, parece que su sueño puede hacerse realidad, porque hay convocatorias a un concurso de talentos, Teen Spirit. Como es menor, le pide a un ruso bastante hosco, el único que la aplaude en el bar donde a veces canta, que la acompañe. Entre el cuento de hadas pop y la clásica historia de triunfo, Minghella hace una película que si se sigue con cierto interés, quizá por esa relación con el extraño manager y la curiosidad por el marco. A pesar de un guión de vuelo bajo que defrauda, a medida que avanza y esquiva todos los asuntos potencialmente interesantes en la historia de la joven talento. Cuyos clips son, bueno, poco memorables.
La historia es sencilla, muestra a una joven tímida, que trabaja y estudia, sus horas libres las dedica a su caballo y a la música, su sueño es triunfar en esto y vive con su madre soltera. Un día conocerá a quien la ayudará a encontrar sus deseos y como es lógico tiene la oportunidad de participar en un concurso dentro del cual posee condiciones para ganar. Además la cinta muestra otras situaciones; las relaciones humanas, critica a la industria discográficas, a los caza talentos, entre otros temas. Resulta intimista, cuenta con buenas actuaciones Elle Fanning que se luce, más cuadros de bailes, una buena banda sonora y una atractiva fotografía. El film es convencional, cae en lugares comunes, sin pretensiones, sin sorpresas, pero deja algunos mensajes y entretiene.
HUELE A ESPÍRITU ADOLESCENTE: Elle Fanning es lo mejor de Alcanzando tu Sueño Elle Fanning es una pueblerina británica con sueños musicales y ganas de triunfar, en el debut cinematográfico de Max Minghella. Tal vez lo tengan mucho más por su faceta de actor -el Nick Blaine de “The Handmaid's Tale”, por ejemplo-, pero acá Max Minghella debuta como director con “Alcanzando tu Sueño” (Teen Spirit, 2019), dramedia musical adolescente, también escrita y producida por él. Una historia con buenas intenciones y todo el carisma de Elle Fanning pero que, desde lo narrativo, no aporta mucho que digamos al panorama cinematográfico. Violet Valenski (Fanning) vive en la Isla de Wight (Gran Bretaña) junto a su mamá de origen polaco. Desde que papá se fue de casa, las dos trabajan sin cesar para mantener la casa y la granja, tal vez, con la esperanza de que algún día regrese. Mientras tanto, la tímida jovencita busca escapar de todas sus responsabilidades y del aburrimiento del pueblo a través de la música, perdiéndose en sus propios sueños y pensamientos con los auriculares bien pegados a las orejas, o tras el anhelo de que alguien la descubra cuando despunta el vicio melodioso en el escenario de un barcito de mala muerte. Su suerte puede cambiar con la llegada de los reclutadores y las cámaras de “Teen Spirit”, un reality show al estilo de “Ameican Idol” que por primera vez viene a la isla en busca de talento local (y pintoresco). Violet no lo duda, pero no tiene el apoyo de su madre. Por eso encuentra en Vlad (Zlatko Buric) a un extraño mentor, que va a hacer las veces de su tutor y su manager. Este hombre desaliñado, borrachín y entrado en años es un ex cantante de ópera que tiene buenas intenciones y ve en la sociedad con Valenski una segunda oportunidad para su carrera, o la posibilidad de ser la figura paterna que no es para su propia hija. Después de ver que la chica tiene chances para llegar a la final, mamá Marla (Agnieszka Grochowska) empieza a ceder y deja que Violet siga adelante con las diferentes etapas del certamen, un camino que la pondrá varias veces a prueba y medirá sus lealtades y ambiciones en cuanto a su futuro musical. Básicamente, la historia de Cenicienta, pero sin príncipes azules, ni madrastras y hermanastras malvadas a la vista. Ella canta sola, canta siempre sola “Alcanzando tu Sueño” no tiene muchos matices. Minghella pone todo su ímpetu en el estilo visual, que contrasta constantemente las luces y la frivolidad del escenario con el paisaje y la rutina rural de Wight, pero se olvida de sus personajes, su desarrollo y sus motivaciones, que en la mayoría de los casos terminan cayendo en todos los lugares conocidos. La estética que propone el realizador es lo más interesante de la película, además de una banda sonora cargada de hits femeninos, cortesía de No Doubt, Katy Perry, Annie Lennox, Ariana Grande y la mismísima voz de Fanning que nos mantiene alejados del letargo. Por lo demás, el camino de Violet, y sus ganas de escapar/triunfar, comienza de manera prometedora (a todos nos gusta ver vencedora a la chica ingenua y pueblerina), pero pronto echa mano de todos los clichés. Su timidez no le permite sociabilizar y la convierte en la “rara” del lugar frente a las chicas populares, aunque encuentra un poco de empatía y amistad gracias Luke (Archie Madekwe), un compañero de clase, y su banda, que le servirán de grupo de apoyo durante el concurso. Un pasito más hacia la fama La inexperiencia de Minghella se siente mucho más durante la segunda parte de la película. Al principio se disfruta el recorrido junto a la protagonista mientras conocemos y reconocemos sus pasiones, la relación con su mamá o su abúlica cotidianeidad en una ciudad que no tiene mucho para ofrecerle. Una vez que la competencia entra en juego, la trama cambia de color y nos entrega momentos más desprolijos y convencionales. La naturalidad de los personajes se torna más caricaturesca y la frescura de la historia se pierde en previsibilidad y escenas caprichosas. Por suerte, el magnetismo de Elle nunca se desvanece, y aunque algunos numeritos musicales aparecen un tanto forzados, Minghella cae bien parado cuando se trata de reflejar el carisma (musical) de su protagonista. Estos son los momentos más disfrutables del film que, a pesar de su escueta duración, se hace un tanto tedioso cuando no tiene mucho para ofrecer en materia narrativa.
Violet (Elle Fanning), una adolescente tímida que vive en la Isla de Wight y que sueña con convertirse en una estrella de pop para poder alejarse de su pequeño pueblo y de su triste vida familiar. Con la ayuda de un extraño mentor, un retirado cantante de ópera (Zlatko Burić), Violet se inscribe en un concurso de cantantes en televisión que pondrá a prueba su integridad, talento y ambición. La trama es sencilla y directa, con la vieja y siempre efectiva historia de pupilo y maestro, una estructura que sirve para toda clase de historias, desde deportivas hasta musicales como en este caso. Si las cosas se hacen bien, estas tramas logran impactar y emocionar, generando una simpatía casi instantánea con los espectadores, cosa que ocurre en este caso.
Este drama musical se centra en una joven inmigrante polaca que busca la fama en un programa televisivo de talentos enfrentándose a sus propios miedos, a su difícil situación familiar y a las presiones de la industria. Es una película rara y no lo es, ALCANZANDO UN SUEÑO, la opera prima del actor británico conocido por su rol en RED SOCIAL y en la actual serie THE HANDMAID’S TALE, hijo también del reconocido Anthony Minghella, realizador de EL PACIENTE INGLES y EL TALENTOSO SR. RIPLEY y fallecido en 2008. En un sentido, es extremadamente convencional: una especie de historia a lo Cenicienta de una chica de pueblo que llega a la fama a través de participar en un concurso de cantantes televisivos al estilo de “La voz” o similares. Pero, a la vez, es una película tan realista y oscura, tan particular en sus especificidades, que vuelven difícil pensarla como un simple producto comercial. Si se lo mira desde la producción, lo es. Se trata de un film con música de varios famosos artistas (en su mayoría del sello Universal, como Robyn, Ellie Goulding, Billie Ellish, Sigrid y No Doubt, entre otros) que remeda en cierto punto a lo que hizo Curtis Hanson con Eminem en 8 MILE. La idea es la de crear un drama realista que funcione, a la vez, como “fábula musical”. En este caso no se trata, necesariamente, de una artista real sino de Elle Fanning, que más allá de ser una muy buena cantante ha desarrollado su carrera como actriz en películas como SOMEWHERE, SUPER 8 y MALEFICA, entre otras. TEEN SPIRIT es el nombre del programa de cazatalentos en cuestión. Y Violet (Fanning, no confundir con su hermana mayor Dakota, que aparece en HABIA UNA VEZ… EN HOLLYWOOD) es una chica de familia polaca, tímida y apocada, que vive con su severa y religiosa madre en la Isla de Wight, Inglaterra, no casualmente el lugar del que es originaria la familia de Minghella. Por un buen rato, la película se mueve en un universo de clase obrera británica: inmigrantes, algunos religiosos y otros alcohólicos (como Vlad, el cantante de opera croata que termina convertido en inusual manager de Violet) y los típicos problemas que atraviesa una chica tímida con las bullies populares de la escuela. Todo cambia cuando llega a la isla un equipo de dicho programa a buscar talentos. Y Violet, que escucha constantemente en un muy viejo iPod artistas pop contemporáneas que, en sus letras, reflejan esa soledad y angustia que atraviesa (y que canta en un bar para un público que no le presta atención), se atreve a presentarse. Su madre no quiere saber nada con el tema, pero Vlad la apoya –a su manera– y allí arranca una película un tanto más prototípica y convencional, reconocible en su estructura de idas, vueltas y conflictos hasta llegar al climax musical del final. En un punto, es una especie de versión pequeña y apresurada de otras películas mucho más ambiciosas desde la producción y la trama que trabajan temas similares, como NACE UNA ESTRELLA y VOX LUX. El film de Minghella es como la versión apocada y seca de ese tipo de películas, lo cual es extraño porque Violet no es ni una cantante punk ni una devota de Joy Division, sino una enamorada del pop electrónico británico más bailable. Esa fricción hace un poco de ruido a lo largo del film (HER SMELL, por citar otra película reciente sobre una cantante, era más consistente en relación a su tema y a su contenido musical) pero a la vez le da una cierta particularidad que lo hace único, difícil de dejar de lado. Por momentos tiene salidas inesperadas y originales, mientras que en otros recurre a los clichés más gastados del subgénero. El principal punto a favor de ALCANZANDO UN SUEÑO es Fanning, una actriz y cantante natural que es magnética todo el tiempo, aún cuando muchas veces desde su apagada y atormentada personificación pretende no llamar la atención sobre sí misma sino más bien evitarla. Pero no puede. En un elenco con muy pocos actores reconocidos, se destaca y luce en cada plano. Y ese realismo y naturalidad que existe en ese “cuento de hadas” tiene mucho que ver con su personalidad. Las situaciones pueden ser de manual de guion, pero Fanning las vuelve creíbles. Como una cantante que sabe interpretar muy bien una pequeña y no demasiado original canción pop.