Alcanzando tu sueño

Crítica de Paula Vazquez Prieto - La Nación

Para su debut como director, el actor Max Minghella elige honrar los orígenes de su padre, el célebre director de El paciente inglés, nacido y criado en la isla de Wight. Es en ese territorio frente a las costas británicas, anclado en un presente atemporal de camperas coloridas, iPod y concursos televisivos, donde la joven Violette (la siempre luminosa Elle Fanning) transita su solitaria adolescencia. Pero como Minghella combina los recuerdos familiares con el cuento de hadas, su heroína encuentra el mejor refugio en la música, esa que la preserva de las chicas malas del colegio y el arduo trabajo del fin de semana.

Más allá de algunas caprichosas concesiones al refuerzo de la fábula -una madre que se opone a toda libertad, una villana de taco aguja que esgrime la tentación-, el mérito de Minghella es el ingenioso trabajo para dar vida al mundo interior de su personaje, cuya expresión no es solo la música, sino la permanente explosión del color.

La deslumbrante textura de la película, no solo en las secuencias musicales, sino en las instancias de dolorosa introspección, revela que se trata menos de convertirse en una estrella que de descubrir la verdadera intensidad de una pasión. Por ello Fanning es perfecta, con esa quieta emoción con la que persigue cada logro: porque lo importante no es la consagración de un indiscutido talento -como lo era en Nace una estrella-, sino la revelación de la fuerza que lo impulsa.