Alcanzando tu sueño

Crítica de Diego Lerer - Micropsia

Este drama musical se centra en una joven inmigrante polaca que busca la fama en un programa televisivo de talentos enfrentándose a sus propios miedos, a su difícil situación familiar y a las presiones de la industria.

Es una película rara y no lo es, ALCANZANDO UN SUEÑO, la opera prima del actor británico conocido por su rol en RED SOCIAL y en la actual serie THE HANDMAID’S TALE, hijo también del reconocido Anthony Minghella, realizador de EL PACIENTE INGLES y EL TALENTOSO SR. RIPLEY y fallecido en 2008. En un sentido, es extremadamente convencional: una especie de historia a lo Cenicienta de una chica de pueblo que llega a la fama a través de participar en un concurso de cantantes televisivos al estilo de “La voz” o similares. Pero, a la vez, es una película tan realista y oscura, tan particular en sus especificidades, que vuelven difícil pensarla como un simple producto comercial.

Si se lo mira desde la producción, lo es. Se trata de un film con música de varios famosos artistas (en su mayoría del sello Universal, como Robyn, Ellie Goulding, Billie Ellish, Sigrid y No Doubt, entre otros) que remeda en cierto punto a lo que hizo Curtis Hanson con Eminem en 8 MILE. La idea es la de crear un drama realista que funcione, a la vez, como “fábula musical”. En este caso no se trata, necesariamente, de una artista real sino de Elle Fanning, que más allá de ser una muy buena cantante ha desarrollado su carrera como actriz en películas como SOMEWHERE, SUPER 8 y MALEFICA, entre otras.

TEEN SPIRIT es el nombre del programa de cazatalentos en cuestión. Y Violet (Fanning, no confundir con su hermana mayor Dakota, que aparece en HABIA UNA VEZ… EN HOLLYWOOD) es una chica de familia polaca, tímida y apocada, que vive con su severa y religiosa madre en la Isla de Wight, Inglaterra, no casualmente el lugar del que es originaria la familia de Minghella. Por un buen rato, la película se mueve en un universo de clase obrera británica: inmigrantes, algunos religiosos y otros alcohólicos (como Vlad, el cantante de opera croata que termina convertido en inusual manager de Violet) y los típicos problemas que atraviesa una chica tímida con las bullies populares de la escuela.

Todo cambia cuando llega a la isla un equipo de dicho programa a buscar talentos. Y Violet, que escucha constantemente en un muy viejo iPod artistas pop contemporáneas que, en sus letras, reflejan esa soledad y angustia que atraviesa (y que canta en un bar para un público que no le presta atención), se atreve a presentarse. Su madre no quiere saber nada con el tema, pero Vlad la apoya –a su manera– y allí arranca una película un tanto más prototípica y convencional, reconocible en su estructura de idas, vueltas y conflictos hasta llegar al climax musical del final. En un punto, es una especie de versión pequeña y apresurada de otras películas mucho más ambiciosas desde la producción y la trama que trabajan temas similares, como NACE UNA ESTRELLA y VOX LUX.

El film de Minghella es como la versión apocada y seca de ese tipo de películas, lo cual es extraño porque Violet no es ni una cantante punk ni una devota de Joy Division, sino una enamorada del pop electrónico británico más bailable. Esa fricción hace un poco de ruido a lo largo del film (HER SMELL, por citar otra película reciente sobre una cantante, era más consistente en relación a su tema y a su contenido musical) pero a la vez le da una cierta particularidad que lo hace único, difícil de dejar de lado. Por momentos tiene salidas inesperadas y originales, mientras que en otros recurre a los clichés más gastados del subgénero.

El principal punto a favor de ALCANZANDO UN SUEÑO es Fanning, una actriz y cantante natural que es magnética todo el tiempo, aún cuando muchas veces desde su apagada y atormentada personificación pretende no llamar la atención sobre sí misma sino más bien evitarla. Pero no puede. En un elenco con muy pocos actores reconocidos, se destaca y luce en cada plano. Y ese realismo y naturalidad que existe en ese “cuento de hadas” tiene mucho que ver con su personalidad. Las situaciones pueden ser de manual de guion, pero Fanning las vuelve creíbles. Como una cantante que sabe interpretar muy bien una pequeña y no demasiado original canción pop.