Aladdín

Crítica de María Paula Rios - Fandango

Jasmine toma el mando en la reversión del clásico de Disney.

Las mil y una noches se materializan en la nueva adaptación de acción real del clásico animado de Disney, Aladdín. De la mano del británico Guy Ritchie nos sumergimos en un universo colorido, atractivo, colmado de humor, amor y muy eléctrico. Claro que la historia versa sobre Aladdín (Mena Massoud), un joven huérfano que recurre al robo callejero para sobrevivir en Agrabah; ciudad liderada por el Sultán (Navid Negahban), quien tiene una hija tan inteligente como atractiva, Jasmine (Naomi Scott).

La vida Aladdin, siempre acompañado de su fiel compañero Abu (un pequeño mono cómplice de sus fechorías), cambiará no solo cuando conozca a la princesa en una situación atípica y quede flechado; sino también cuando recurra al malvado Jafar (Marwan Kenzari), quien lo guiará hasta la lámpara mágica. El joven querrá conquistar a Jasmine, y Jafar convertirse en Sultán... su ambición no tiene límites. No tardará en aparecer el Genio de la lámpara (Will Smith), que le concederá tres deseos a nuestro habilidoso muchacho de corazón puro.

Entre aventuras y cuadros musicales transcurre esta cinta colorida y graciosa, en la que Will Smith se luce como genio, a pesar de la crítica y los memes recibidos; también hay una química mágica entre la triada protagonista. Si bien narrativamente hay altibajos, el film gana en frescura y desparpajo. Por momentos las escenas son tan desmedidas, que trascienden lo real para involucrarnos de lleno en el terreno de lo fantástico.

Otra cuestión a destacar es el rol que cumple Jasmine. Todo gira en torno a ella: el amor de su padre y de Aladdin, y hasta el propio poblado. Nada de princesas pasivas señores, aggiornada a nuestra era femenina ella tiene voz y voto, y a pesar de la negativa de su padre quiere gobernar la ciudad, sucederlo en el trono. No necesita casarse con un príncipe que no ama, dado que tiene todo lo necesario para hacerse cargo del asunto, y así lo demuestra en el desenlace de la trama donde es indispensable para restablecer el orden. Hasta le crearon su propia canción, todo un manifiesto feminista.

Te recomendamos sacarte el chip racional y conectarte con el emocional, para disfrutar de una película donde priman el amor, la diversión, los acordes musicales y las buenas intenciones. Basta solo con frotar la lámpara mágica, pedir tres deseos y dejar volar la imaginación.