Al filo del mañana

Crítica de Martín Torres - Fuera de campo

¿Qué pasaría si todos los días te levantaras y vivieras el mismo día en una suerte de constante estado de Deja vu? Bill Murray y Harold Ramis se encargaron de mostrarlo en clave de comedia en Atrapado en el tiempo (también conocida como El día de la marmota). Y el joven director Ducan Jones ya experimentó exitosamente con una temática similar en 8 minutos antes de morir. Ahora bien, ¿qué sucedería si el planeta se encontrara al borde de la extinción por parte de unos invasores alienígenas y la clave de la salvación es nada menos que Tom Cruise disfrazado de supersoldado viviendo una y otra vez el mismo día? Al filo del mañana es lo que sucedería. Y quizás para sorpresa de varios, vale la pena averiguarlo.

Hace mucho tiempo que el cine parece aproximarse sigilosamente a los videojuegos por la vía de lo formal más que por contenido, poco más y las películas empezarán a concluir con un Game over en vez de un The End. Pero Al filo del mañana parece desafiar el prejuicio de que eso es necesariamente malo. En esta oportunidad se nos presenta una interesante y audaz estructura narrativa más cercana a un videojuego de lo que Hollywood jamás se ha atrevido a estar. Partiendo de la base de que el protagonista vuelve a vivir el mismo día cada vez que muere, esto da pie a que conforme avance la historia, el personaje irá perfeccionando su accionar como cualquier aficionado a los videojuegos que se topa con ese nivel imposible que solo la infinidad de reiteraciones permitirá que supere. Doug Liman (director de Identidad desconocida y la un tanto más condenable Jumper) se siente cómodo retratando a un personaje ambiguo que carece de toda chapa de héroe y parece disfrutar de hacer morir a su protagonista un centenar de veces de modos inesperados, estúpidos, jocosos y horribles. La conjunción de todos estos elementos que a decir verdad no son exclusivamente originales, termina encontrando una voz propia que convierte a esta superproducción en un exquisito ejercicio de reiteración y dignificación de un buen guión.

Tom Cruise, con una irregular carrera en materia de Ciencia Ficción, puede levantar sospechas sobre el producto al quedar asociado a una producción de esa calaña, y es que ofrece argumentos tanto para sus admiradores como para sus detractores. Pero pareciera que su nueva película podría llegar a lograr que varios se pongan de acuerdo. Luego de ver los afiches, trailers y publicidades varias uno bien podría pensar que se trata de otro blockbuster descerebrado donde Cruise intenta salvar al mundo, pero por fortuna no lo es. Pero ante todo la mayor virtud del film es que en sus 113 minutos de metraje no hay un solo lugar para el bostezo.