Al filo de la oscuridad

Crítica de Jose Luis De Lorenzo - A Sala Llena

El ex detective de homicidios Craven (Mel Gibson) y su única hija (Bojana Novakovic) tras años de no verse ni casi hablarse, distantes, se reencuentran. Luego de un inusual malestar en ella, salen al pórtico del hogar donde desde una camioneta la jóven es asesinada de un escopetazo, con poca visión nocturna al grito de: -¡Craven!.

De aquí en más, fuerzas policíacas y detectives de Boston quieren encargarse de una investigación de la cual su padre, experto en el tema, no ha de perderse. El inicia sin cautela, violentamente la búsqueda e interpretación, ante el incierto desconocimiento sobre a quién de ellos estaba dirigido tal ajuste de cuentas. El resultado, un nuevo thriller de suspenso involucrando a corporaciones multinacionales, la seguridad nacional de los Estados Unidos, la corrupción policíaca, temas siempre vigentes, siempre tenidos en cuenta a la hora de elegir algún villano de turno.

Mel Gibson afronta un reto menor en su carrera, mantenerse como un héroe de acción, violento luego de 8 años de ausencia delante de la cámara, con notable cambio en su tono de voz y rasgos faciales característicos de su edad. Una especie de reivindicación light a Revancha, Craven es perseguido, espiado, odiado, actúa violentamente a modo de venganza y por el mero motivo de esclarecer el crímen de su hija, poder entender, saber. Algunos indicios lo llevan a abrir una caja de Pandora, involucrarse aún más, usar todas sus herramientas, su fuerza y poder “policial” para amenazar, dar lección y hasta torturar.

Dos actores que ya han trabajado juntos en un excelente western no estrenado en la cartelera porteña, The Proposition, son parte del cast de secundarios.

Ray Winstone, un actor que desde su aparición en la genial Sexy Beast, no deja de ser llamado para secundar a grandes figuras, un apoyo a Jack Nicholson en Los Infiltrados, a Harrison Ford en Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal, y ahora junto a Gibson. En ésta ocasión su rol, le permite sentarse y esbozar un diálogo mientras disfruta de un puro, con seriedad característica, un “arreglador”, un hombre contratado para armar y desarmar sucesos de tal manera que terminen siendo vistos como a él le plazca. Tambien lo tenemos a Danny Huston (hijo del célebre director John Huston), en una mínima aparición, rol habitual.

Martin Campbell resucita ésta historia que ya había sido un proyecto en televisión, con formato de miniserie y dirigida por él mismo. Un director con altibajos, que si bien supo concretar dos films de la saga de James Bond y revitalizarla gracias a Casino Royale, tambien ha sabido aburrir con las grandielocuentes adaptaciones de El Zorro.