Al filo de la oscuridad

Crítica de Diego Serlin - Todo lo ve

La sombra de un Thriller

Tras ocho años de su último protagónico, Señales (2002), de M. Night Shyamalan, y luego de dirigir la controvertida La Pasión de Cristo (2004), hablada en arameo y hebreo antiguo, y la extraña Apocalypto (2006), hablada enteramente en maya cuyas polémicas repercusiones no se vieron reflejadas en la taquilla, Mel Gibson vuelve a la actuación de la mano de Martin Campbell, director de la aclamada Casino Royale.

Al Filo de la Oscuridad esta basada en una premiada mini serie televisiva británica de 1985, también dirigida por Martin Campbell y cargada de misterio, suspenso y tensión política que reflejaba muy bien aquel momento histórico, donde la guerra fría y la amenaza nuclear signaban la agenda de cuanta producción apareciera.

En este nuevo thriller, Gibson es Thomas Craven, un veterano detective de homicidios de Boston que recibe la visita de su única hija y que a las pocas horas de arribada es asesinada brutalmente en la puerta de su casa.
Al igual que en la antigua miniserie, el tema central de la historia es el de un hombre que busca justicia y la redención a la vez que va descubriendo la vida secreta de su hija y una red de conspiraciones entre la política y grandes empresas.

Esto funcionaba muy bien por aquel entonces, pero hoy en día dicha temática no llega a provocarnos demasiado interés, y en lo que respecta a la búsqueda de justicia por parte del detective, el relato prioriza los diálogos a las acciones.
Por otro lado la relación entre padre e hija en pantalla es muy breve y no logra generar un vínculo muy sólido para que el espectador se identifique con dichos personajes.
Una de las virtudes del thriller es que puede incursionar por varios caminos. Así podremos ver por ejemplo, aquellos que optan por lo sobrenatural (Millennium I: Los hombres que no amaban a las mujeres, 2009), algunos por la presencia de un asesino serial (Seven, 1995), otros por el policial (Río Místico, 2003), de espionaje o conspirativos como Conspiracy Theory, 1997, donde Mel Gibson interpreta a un excéntrico taxista de Nueva York obsesionado con la existencia de conspiraciones de la NASA para controlar el mundo. Pero todos ellos están signados por el misterio y la intriga por algo que desconocemos y precisamos develar, siempre a través de la acción y el suspenso.

En Al filo de la oscuridad la temática poco actual, el poco desarrollo de los personajes y la baja cuota de acción hacen que el relato sólo se sostenga por dos motivos: la astuta decisión de Martin Campbell al asumir la narración desde el punto de vista del personaje, posicionando al espectador en el mismo lugar del detective que desconoce la verdad hasta el final; y a través del muy buen manejo de los tiempos dramáticos por el cual ciertas escenas de acción logran sobresaltarnos de la butaca justo antes de que los párpados comienzen a juntarse.
Cabe destacar la gran actuación del británico Ray Winstone, que compone a Jedburgh, un especialista en seguridad que trabaja para el gobierno, cuya tarea es la de "limpiar los platos sucios y atar los cabos sueltos”, enriqueciendo el film en los momentos que esta junto a Gibson.

Al acabar el film puede que quede una mera sensación que aquel policía (Martin Riggs) con tendencias suicidas que interpretara Mel Gibson en Arma Mortal (1987) ya este viejo para esos trotes y trate de solucionar las cosas por vías razonables y didácticas, pero hay algo indiscutible, cuando un policía no quiere mas acción debe retirarse y trabajar detrás del escritorio.