Ajuste de cuentas

Crítica de Jorge Luis Fernández - Revista Veintitrés

Knock-out técnico

La aparición de Robert De Niro en un estreno de cartelera ya no sorprende a nadie. Actualmente puede vérselo en tres films: como el mafioso retirado de Familia peligrosa, como el mafioso veterano de Escándalo americano (un papel menor) y, ahora, como el boxeador Billy “The Kid” McDonnen, que vuelve al cuadrilátero tres décadas después para enfrentar a su archirrival Henry “Razor” Sharp (Sylvester Stallone). En el último año, De Niro también fue padre de un sicótico, padrino de bodas, ex agente de la CIA, amante de Monica Bellucci y parece dispuesto a batir todos los récords de facturación, como si acumulara puntos para algún ignoto plan. La calidad de los papeles va de la mano con la compulsión actoral. En Ajuste de cuentas, los flashbacks informativos de Billy “The Kid” y “Razor” Sharp (noten la lucidez de los nombres), que muestran escenas de Rocky y El toro salvaje, son la única nota simpática. El resto es la clásica provocación de los boxeadores, la disputa de una mujer (Kim Basinger) y el entrenamiento para el match. Con un Stallone que ya necesita subtítulos para el público angloparlante, la innegable destreza de De Niro es lo único que salva al film del papelón total.