Aires de esperanza

Crítica de Cristian Calavia - A Sala Llena

El film trata sobre el encuentro de dos personas desesperadamente solas. Por un lado, Adele (Kate Winslet), una mujer deprimida y con trastornos de ansiedad que vive con su único hijo adolescente (Grattlin Griffith) tras haberse divorciado del padre (Clark Gregg). Por el otro, Hank (Josh Brolin), un hombre condenado a 18 años de cárcel por doble asesinato y fugitivo de la justicia, quien irrumpe en sus vidas buscando refugio de la intensa búsqueda policial.

Aires de Esperanza es el quinto largometraje del realizador de La Joven Vida de Juno (2007) y Amor sin Escalas (2009), Jason Reitman, quien es a su vez hijo de Ivan Reitman, director de Los Cazafantasmas I y II (1984/1989) y Un Detective en el Kinder (1990), entre otros títulos. Es la película menos personal en su filmografía y probablemente la más ambiciosa en cuanto a nombres propios e intenciones se refiere.

Mientras que los trabajos previos de Reitman se destacan por su particular sentido estético y una impronta narrativa desenfadada, en esta oportunidad lo que se distingue es una historia dividida genéricamente por capas bien distantes unas de otras. La proyección comienza con un pulso narrativo compacto y concreto que al pasar los minutos se acelera innecesariamente. El amor entre la pareja protagónica surgirá inmediatamente, como si ambos personajes ya hubiesen leído la sinopsis del relato que iban a protagonizar y decidieran omitir detalles por voluntad propia.