Aires de esperanza

Crítica de Amadeo Lukas - Revista Veintitrés

La posibilidad del amor

En un cambio llamativo de perfil estilístico, el realizador Jason Reitman deja atrás la comedia inteligente con toques sarcásticos y chispeantes, con los que desdramatizaba temáticas a veces hondas y complejas, para abordar aquí un drama con todas las letras. Aires de esperanza es un film con ingredientes sentimentales y románticos básicamente arduo en su trama y que busca activar resortes emotivos. Y en el tramo final, especialmente, llega a lograrlo, además de incluir algunos trazos de suspenso.

El director de las magníficas La joven vida de Juno y Amor sin escalas hace un brusco rebaje en su carrera y apuesta a la posibilidad de que un amor inesperado entre como un aluvión en las vidas de dos (o tres) personas, pese a los indudables reparos, peligros y desencuentros que traerá aparejado ese vínculo. Porque una joven madre y su hijo se cruzarán con un fugitivo criminal que los forzará a que le brinden ayuda y escondite. A partir de allí, en ese fin de semana largo en el que se celebra el Día del Trabajo, se producirá un encuentro profundo e insólitamente perdurable entre esos tres seres. El film cuenta bien una historia que podría ser difícil de creer, sin llegar a ser una gran película pero aportando momentos logrados y emotivos. Las notables labores de Kate Winslet, Josh Brolin y el niño Gattlin Griffith sostienen dramáticamente su frágil estructura.