Aguas Verdes

Crítica de Jose Luis De Lorenzo - A Sala Llena

¿Qué esperar de un viaje de vacaciones con tu familia tras un intenso año de trabajo?

La cabeza de familia, Julian (Alejandro Fiore), es un padre estresado, a quien sus hijos púners cada día que transcurre se alejan aun más de la imagen parternal, inclusive su mujer se presenta algo tediosa por el comportamiento paranoico que el marido va acrecentando.

Julian sube al clan familiar al Peugeot y el viaje comienza.

El destino: Aguas Verdes, una pequeña y hermosa ciudad balnearia de la costa argentina.

El arribo: Conozco Aguas Verdes y debe de ser uno de los lugares más tranquilos por los cuales he transitado con un carro, ahora, tal es el estado de alteración de Julian que, al transitar en las primeras entrecalles de la via principal, choca su automovil.

Aguas Verdes, transita por varios géneros, comedia, drama y suspenso. Tiene elementos de Balnearios conjugados con La Mirada Indiscreta (Rear Window) y Pauline en la Playa.

El personaje de Julian minuto a minuto incrementa su obsesión, en gran parte hacia su hija, a quien sigilosamente observa - largavista de por medio - en numerosas ocasiones cercanamente a otro chico, Roberto, interpretado por Diego Cremonesi, con un rol similar, su perfil lo permite, al del tipo fanfarrón de Masacre ésta Noche, film de horror/suspenso galardonado en el pasado BARS, producción platense (Paura Flics), al igual que el director de ésta, Mariano de Rosa.

Roberto, se inserta en el clan, en el mundo de Julian de manera abrupta. No sólo es tedioso, machista y egocéntrico, sino que, encanta a las mujeres de su entorno. Dos maestras en vacaciones se hacen amigas, un pequeño apartado para las fantasías de Julian, quien las ve desvanecidas una vez que el chico entra en acción. Julian queda en segundo plano, no emite opinión, está ausente aunque físicamente se encuentre sentado cenando en la misma mesa.

Al estar en la playa, su hija se escapa a cada rato, con sus amigos o con Roberto. Su hijo no hace màs que jugar con un pescado que se va pudriendo secuencialmente al igual que la trama. Su esposa es distante, pero sólo con el.

Los cuestionamientos que como espectadores nos hacemos, son los mismos que el excelentemente interpretado por Fiore realiza. ¿Yo genero esto o mi familia está tan podrida como el pescado que terminaré tirando?.

Mariano de Rosa dirige sigilosamente éste film, con muy buenas intenciones y con conocimiento de lo que hace. Hay puestas de cámara interesantes, dando la sensación de un estudiante de cine que minuciosamente ha analizado otros films y querido transportar sensaciones encontradas a su propia obra.

El film recorrió diversos circuitos de festivales, destacándose en la Berlinale 2009.

Queda por cuestionarse, el por qué un film argentino como éste, importante por sus resultados, haya tenido tan baja difusión por medios, y escasas salas de exhibición. El film contiene elementos más que suficientes como para atraer al público amante de los thrillers franceses. Considerar que sea un ejemplo más de cine argentino que es ovacionado en el exterior e inentendiblemente en su país de origen le cerremos las puertas y bocas de exhibición, cuando en realidad deberíamos abrazarnos todos a ejemplos de cine hechos a pulmon, con bajos recursos e ideas eficientes.