Aguas abiertas

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

Coincide el estreno de tres buenos documentales

“Aguas abiertas”, de Marcia Paradiso, muestra la admirable felicidad que sienten y el empuje que tienen pequeños nadadores discapacitados. Exhiben el mismo nivel de seriedad y compromiso los documentales de Mayra Bottero y Eva Poncet-Marcelo Burd.

Tres buenos documentales argentinos se estrenan esta semana, cada uno sobre asunto distinto y con distinto grado de emoción.

"Aguas abiertas" es de Marcia Paradiso, la misma de "Lunas cautivas", sobre mujeres comunes que aprendieron poesía y literatura en circunstancias poco favorables. Ahora sigue las prácticas de natación de un puñado de chicos en piletas cubiertas, su primera incursión en un lugar sin andariveles (una tosquera reconvertida en lago impecable), hasta llegar al gran desafío de nadar varios kilómetros en pleno rio Paraná, a la altura de Ramallo.

Con un detalle: son chicos discapacitados. Llegan hasta el borde en muletas o silla de ruedas. Pero en el agua se sienten libres. Admirable, la felicidad que sienten, el empuje que tienen, y los instructores que tienen, unos varones de corazón ejemplar. Elogiable también la música que acompaña los momentos de éxtasis, y nos hace pensar.

"La lluvia es también no verte", de Mayra Bottero, debió haberse estrenado en el décimo aniversario de Cromagnon. Pero toda fecha es buena para mantener vivo el recuerdo de lo que nunca debió ocurrir. Trabajo de investigación, aquí se exponen con claridad y respeto cosas que siempre se supieron y otras que se revelaron con el tiempo, carpetas que se amontonan, criterios propios de distintos grupos de afectados, dolores que unen a todos y recuerdos que pocos conocen. Enternece, el relato de los padres que en medio del hospital supieron que la nena estaba embarazada. Pone piel de gallina, la madre que entona una canción murguera de enorme fuerza dramática.

Y no está todo dicho. Esta película alienta a que se hagan más trabajos similares, de igual seriedad y compromiso.

Por su parte, "El tiempo encontrado", de Eva Poncet y Marcelo Burd, es otra cosa. Allí el agua no es de río inmenso ni de lluvia simbólica, sino de riego. Documental de observación, calmo, sigue a lo largo de un año las labores cotidianas de un quintero, una costurera y un ladrillero. Sólo eso, tres sencillos inmigrantes bolivianos dedicados al trabajo, como en viejos tiempos se dedicaron, sin descanso, otros inmigrantes venidos de otros lados, que hoy tienen estatuas, poemas épicos, y gozan de respeto. Este será un testimonio para las generaciones venideras.