Agua y sal

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

La aspiración de ser otro

Un hombre aspira tener otra vida en este relato que fusiona dos historias: la de un marinero y otro que busca ser padre.

Se perciben las buenas intenciones de este relato que fusiona dos historias, pero que peca de desparejo a la hora de trasladarlas a la pantalla grande.

El tema del hombre que aspira tener "otra vida" y los deseos de formar una familia son los móviles de Agua y Sal, que cuenta dos historias -ambas protagonizadas por Rafael Spregelburd, el mismo actor de El hombre de al lado - que se irán juntando cerca del cierre de la película.

Un hombre de buen pasar económico pasea por el puerto de Mar del Plata con su bella mujer (una correcta Mía Maestro) y se saca fotos, mientras la cámara se detiene en un pescador apodado “Biguá”, un hombre que conoce el mar como la palma de su mano y que se ha enamorado perdidamente de una adolescente (Paloma Contreras) que espera un hijo suyo.

Agua y Sal juega con las dos historias, ofrece datos interesantes en la pintura de personajes (la familia de la chica, el duro trabajo a bordo de un barco) en la primera parte, pero decae en interés y emoción en su segundo tramo.

La búsqueda de una familia, los sueños a distancia y la necesidad de un hijo que no llega son reflejados a partir de dos mundos opuestos y contrastantes, como lo indica el título del film.