Agente Secreto

Crítica de Maximiliano Curcio - Revista Cultural Siete Artes

Liam Neeson se niega a abandonar el abordaje de acción más convencional. Habiendo realizado una cantidad de films genéricos, desde el primer capítulo de la saga “Venganza” (2008), su figura ha poblado la gran pantalla en films mediocres y pasatistas, como “The Ice Road” y “El Protector”. Con excepción de “Una Villa en la Toscana” y “Eternamente Enamorados”, la carrera del intérprete nominado al Premio Oscar por “Michael Collins” (1996) ha girado, durante la última década, en derredor de films como “Agente Secreto”. Lo plano describe de lleno las intenciones de este veterano e inoxidable héroe de acción funcional a la clase de productos que garantizan entretenimiento pochoclero, se reúne con Mark Williams, luego de la inferior “The Honest Tief” (2020). Un rebelde agente del gobierno descubre un secreto oculto; una conspiración involucra las cúpulas de poder. Allí está el actor irlandés, dispuesto a desmantelar al mismísimo FBI, liderado por un irreconocible Aidan Quinn. Lo sabemos de memoria, se nos ha contado la misma historia una y otra vez. Argumento nimio y previsible como el aquí impera, plagándose de escenas de inverosímil resolución. Deberá el eterno héroe proteger a su familia en peligro y se verá dispuesto a salvar el pellejo de inocentes, repartiendo golpes a diestra y siniestra. Si es necesario irá en contra de la agencia y su propio país. La corrupción sobrepasa, pero Neeson trata de mostrarse cool y ser mejor abuelo que padre. Es un paranoico que desea redimirse con sus afectos y no hay escuadrón suficiente que pueda detenerlo. La adrenalina parece brindarle la fuente de la inmortalidad. ¿Alcanza para ganar nuestra simpatía?