Agente Fortune

Crítica de Gastón Dufour - Cinergia

Lo nuevo de Guy Ritchie con Jason Statham

Agente Fortune es un prototipo clásico del estilo narrativo de Guy Ritchie. Cada momento incluye por igual dosis de acción, humor y cierta ironía que, en cada película, funciona. Es notable cómo en cada nueva vuelta de tuerca, en cada proyecto que encara, el director inglés logra redefinir a la historia y, lo que no es menor, a los personajes.

El agente del MI6 Orson Fortune, interpretado Jason Statham, es el auténtico y clásico espía que parece no estar interesado en seguir las reglas. Su jefe se ve en problemas a la hora de hacerlo entrar en razón, y es comprensible. Cada diferente instancia en la que su subordinado actúa lo saca de eje.

Si bien es cierto que ciertas fallas en la instrumentación del argumento parecen hacer tambalear el relato, el mundo ciertamente torpe y snob de los ricos y famosos es perfectamente funcional a la parodia.

Josh Hartnett como Danny Francesco y Hugh Grant como el mafioso y multimillonario Greg Simmonds son de la partida, en una trama que involucra venta de tecnología y armas que pueden destruir al mundo. ¿Y quién mejor que Fortuna para salvarlo? Pero no está solo en esta misión: Aubrey Plaza lo acompaña en los avatares que trae esta aventura, como la especialista en tecnología que resuelve de manera inesperada algunos otros imprevistos

Puede que, de algún modo, esta producción pareciera estar lejos de los orígenes de aquel director ciertamente disruptivo, por mucho más hemos continuado bancando a directores que cruzaron la línea y nunca más regresaron al camino original.

Por lo pronto, y según mi humilde opinión, no deberíamos dejarnos llevar, como espectadores, de la tentación de la saña. Guy Ritchie aún tiene mucho para dar.